El nombre de esta receta no es un error, pues su autora original la bautizó precisamente así. A diferencia de las típicas ensaladas de pasta, esta versión le da la vuelta para introducir el concepto de ensalada verde dentro de un plato de pasta, simplificando los ingredientes dándole al aliño-salsa caliente casi todo el protagonismo.
La idea es preparar una base de aromas y sabores muy potente con la mezcla de buen aceite de oliva virgen extra, anchoas y ajo, con el toque picante de los copos de chile y el frescor del limón, emulsionando al final con mantequilla y un poco del agua de la pasta. Hemos reducido la cantidad original de aceite, pues nos parecía excesiva, y así quedó más que bien.
No es fácil encontrar radicchio en España -esperemos que eso cambie- así que recomendamos sustituirlo por unas endivias moradas o blancas, o cogollos de lechuga bien prietos y amargos, que deben cocinarse muy ligeramente con la pasta y su salsa caliente. A la hora de servir es cuando se refresca el plato con rúcula y abundante albahaca fresca, sin picarla, solo troceando las hojas más grandes.
Calentar abundante agua salada para ir cocienco la past. Mientras, verter la lata de sardinas en una sartén con el aceite de oliva indicado, los ajos laminados y el chile en copos. **Calentar a fuego suave para que el ajo se confite ligeramente, y las anchoas se empiecen a disolver.
Cuando la pasta esté cocida al dente, escurrirla rápidamente y reservar un vaso del agua de cocción. Terminar de machacar las anchoas que queden enteras y aplastar si se quiere también los ajos para disolverlos un poco.
Apagar el fuego, integrar la mantequilla y el limón y unas dos o tres cucharadas del agua de la pasta. Remover con uans varillas y emulsionar la salsa. Colocar la pasta en una fuente, verter este aliño y remover muy bien.
Mezclar aún en caliente con las hojas de cogollos, endivias o radiccio troceadas en piezas grandes, para que se cocinen un poco. Servir en platos o una gran fuente añadiendo al momento la rúcula, las hojas de albahaca y ralladura de limón, con pimienta al gusto.
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Con qué acompañar la pasta de ensalada
Un buen plato de esta pasta de ensalada es perfecto para un almuerzo sencillo de verano o cualquier época del año, pues resulta fresco pero apetecible también cuando no hace tanto calor, ya que se sirve templado. Reduciendo cantidades a la hora de repartir las raciones sería un buen primer plato antes de una carne o pescado, o guarnición de cualquier barbacoa o asado. Si queremos mantener un menú fresco, podemos acompañarlo de gazpacho con su guarnición al gusto.
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