Estoy muy contento con esta receta de tallarines con queso de Burgos y pesto de espinacas y pistachos. No sólo es una receta con un buen aspecto y sin ninguna dificultad en su preparación, sino que además está realmente buenísima.
Es una receta idónea para una cena ligera, o incluso, acompañada de un postre, también resulta perfecta para un almuerzo familiar, que seguro que os apetecerá preparar en un momento.
La podéis preparar con tallarines como he hecho yo, o con espaguetis o cualquier otra pasta larga. Aunque en la presentación la sirvamos sin mezclar, una vez servido este plato es conveniente mezclar bien los ingredientes para que el queso se funda ligeramente con el calor de la pasta y quede bien cremoso.
Ingredientes
- Espinaca fresca 400 g
- Piñones un buen puñado
- Queso de Burgos 150 g
- Tallarines 350 g
- Nueces 8
- Sal y pimienta al gusto
- Aceite de oliva virgen extra 100 ml
- Queso parmesano 100 g
- Pistachos 50 g
Cómo hacer tallarines con queso de Burgos y pesto de espinacas
- Tiempo total 25 m
- Elaboración 15 m
- Cocción 10 m
Comenzamos con el pesto de espinacas. Para su preparación trabajaremos en la batidora las hojas de espinacas frescas, junto a los piñones, las nueces y los pistachos, los 100 gr. de queso parmesano y un chorreón de aceite de oliva. Con paciencia, conseguiremos que se forme una pasta, que iremos aligerando añadiendo más aceite de oliva hasta conseguir la densidad deseada.
Mientras, cocemos la pasta al dente en agua ligeramente salada durante el tiempo que señale el fabricante, y picamos el queso de Burgos en cuadraditos pequeños.
En cuanto la pasta esté cocida, la servimos inmediatamente, acompañada de una buena cucharada de pesto y unos pocos taquitos de queso de Burgos, de forma que cada uno lo pueda mezclar en su plato.
Con qué acompañar la receta de tallarines con queso de Burgos y pesto de espinacas
Esta receta de tallarines con queso de Burgos y pesto de espinacas y pistachos, puede tenerse lista con anterioridad, a falta sólo de cocer la pasta, pues el pesto se conserva perfectamente unos días en la nevera, guardado en un tarro hermético. Para disfrutar más de este plato, debemos servir la pasta muy caliente, para que pueda fundir el queso al remover, y decorando el plato con unos frutos secos en trozos.
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