Su nombre no aparece incluido en el diccionario de la RAE, pero cualquiera que haya probado esta salsa coincidirá con nosotros en que debería estarlo. Porque alimoje es una palabra preciosa que además representa una de esas elaboraciones tradicionales que tanto nos gusta conocer, una receta humilde, sencilla que cada casa adapta a su gusto, pero que esconde un sabor espectacular.
El intenso color rojo podría despistar, pues carece de tomate por completo entre sus ingredientes. Son los pimientos secos los que le otorgan su tonalidad brillante y pasional, muy apropiada para estos días de Semana Santa, festividad en la que, además, es muy popular cocinar el alimoje con el pescado rey de estas fechas, el bacalao. Por si necesitábamos más excusas para reivindicarlo.
La receta de alimoje con bacalao es facilísima de preparar con ingredientes sencillos de despensa, típica en toda la provincia de Granada, con versiones ligeramente distintas en cada pueblo o familia. Es de esas elaboraciones que se ven en casa de toda la vida, que pasan de generación en generación, sin seguir una receta precisa, con la maestría que da la experiencia.
Solo hay que sofreír unos ajos, pan duro y pimientos rojos secos sin pepitas; ojo, no confundir con las ñoras. Se le da a todo un hervor con algo de agua antes de triturar el conjunto con un poco de vinagre para obtener el alimoje. También se puede usar fumet en lugar de agua, ya que vamos a servirlo en esta ocasión con el pescado, que se marca en la sartén antes de cocinarlo brevemente con la salsa.
El alimoje granadino es estupendo también para acompañar unos huevos fritos o escalfados en la misma salsa, y otra combinación popular es con setas de temporada, pero su versatilidad solo tiene límites en la imaginación de cada cual.
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