Cuanto antes digo que trato de evitar los fritos, tal y como os conté en esta receta de croquetas de patata rellenas de morcilla y cebolla confitada, antes me animo a preparar una variante de la misma. Esta vez croquetas de patata y bacalao, que encajan perfectamente con la cocina tradicional de esta época del año en la que el bacalao está muy presente.
Siempre me han gustado las clásicas croquetas de bacalao elaboradas con una base de bechamel, son mis favoritas, pero hoy apetecía innovar, de ahí estas croquetas de patata y bacalao. Están muy buenas, entran con una facilidad pasmosa y saben a poco. Si sois aficionados a las croquetas, no dejéis pasar la ocasión de probar esta variante. Puro vicio.
Comenzamos poniendo en remojo las migas de bacalao para desalarlo, al menos 24 horas antes. Cambiamos el agua tres veces, cada ocho horas, para retirar toda la sal. Escurrimos el bacalao y lo secamos bien con papel absorbente.
Pelamos y cortamos las patatas en trozos regulares. Las hervimos en abundante agua durante el tiempo necesario para que queden tiernas, lo que dependerán del tamaño de los trozos. Escurrimos bien, procurando que no queden restos de agua, y las machacamos con un prensa patatas o un tenedor hasta obtener un puré.
Mientras las patatas hierven, calentamos un par de cucharadas de aceite de oliva virgen extra en una cacerola y rehogamos el ajo, pelado y picado finamente. Antes de que tome color, añadimos el bacalao y removemos para que se desmigue según se cuece. Soltará mucha agua, así que lo rehogamos hasta que quede bien seco.
Añadimos el puré de patata, un par de cucharadas de pan rallado, el perejil fresco picado y salpimentamos al gusto. Removemos hasta obtener una masa homogénea que trasladamos a un recipiente hondo donde la dejaremos enfriar, cubierta con papel film para evitar que se forme costra en la superficie.
Una vez fría la masa, tomamos pequeñas porciones y formamos las croquetas. Podemos darle la forma que más nos guste. Las espolvoreamos con un poco de harina para que queden bien envueltas por todos lados y las pasamos por huevo batido y pan rallado antes de freír en abundante aceite muy caliente. Servimos inmediatamente.
Con qué acompañar las croquetas de patata y bacalao
Muy ricas como aperitivo, estas croquetas de patata y bacalao son un auténtico vicio. Se pueden servir como entrante, acompañadas de un poco de ensalada verde, o prepararlas como parte de una mesa de picoteo. Es importante que estén recién hechas, para que el crujiente del empanado cruja y contraste con el tierno relleno de la patata y el bacalao.
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