Es curioso como mucha gente se queda un poco bloqueada cuando tiene la oportunidad de comer una nécora, y no sabe cómo hacerlo. Siendo su carne blanca, uno de los más ricos manjares que nos ofrece el mar, creo que si os muestro un modo fácil de limpiar las nécoras, ya no habrá disculpa para no disfrutarlas de cuando en cuando.
Lo primero que debemos saber es que las buenas, son las que pesan, es decir que si al comprar vemos alguna más hueca, esa no nos interesa, pues no tendrá tanta carne y no la disfrutaremos tanto. A la hora de comprarlas, lo normal es que las encontremos ya cocidas, o bien crudas y vivas. También es fácil encontrarlas cocidas y congeladas.
Cocción de las nécoras
La cocción de las nécoras es una tarea sencilla. Basta con cocerlas en agua con sal, durante 6 minutos. Además añadiremos en el agua un par de hojas de laurel. El cálculo de tiempo está hecho para nécoras que superen los 100 gr, o sea, que sean hermosas. Una vez cocidas, dejarán de tener un color oscuro tirando a negruzco y pasarán a tener un vivo color rojo.
Cómo limpiar las nécoras
En el fotomontaje, podéis ver cómo es el primer paso para limpiar las nécoras. En el caso de las hembras, tienen un triángulo bastante ancho en su parte inferior. Hay que comenzar separando ese triángulo y cortándolo. Es una tarea muy sencilla que no requiere fuerza, solamente tirar y tronchar.
En el caso de los machos, se hace igual. Si os fijáis, la diferencia es que el triángulo es más agudo, más estrecho que el de la hembra, pero igualmente se separa y arranca con facilidad una vez separado del caparazón. Una vez separado, el proceso ya es igual para machos y hembras.
Lo siguiente es separar el caparazón de arriba del resto de la nécora. Podéis hacerlo con facilidad metiendo el dedo por la parte que acabamos de cortar y tirando sin hacer fuerza. Saldrá el caparazón, con sus corales, y quedarán las patas por otro lado. El interior del caparazón se puede comer tal cual o preparado con una vinagreta y un chorrito de limón o de vino.
En las dos últimas fotos del montaje, véis las branquias que hay que retirar (se quitan sin esfuerzo con la mano o con un cuchillo si no las queréis tocar) y una vez retirado, sólo falta trocear en dos mitades, y ya tenemos lista la nécora para comer.
Si queréis también podéis separar las patas de las dos partes centrales y dar unos golpes a las pinzas para que sea más fácil acceder a la deliciosa carne de su interior. En España es más frecuente comer los mariscos fríos, sin embargo en Portugal los disfrutan más recién cocidos, templados o calientes.
¿Verdad que ahora que habéis visto un modo fácil de limpiar las nécoras, se os han antojado? Pues aprovechad que su temporada de mejor consumo va de mayo a septiembre, aunque se encuentran hasta final de año sin esfuerzo.
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