El boniato o batata es un tubérculo, también como la patata, que ofrece un perfil nutricional más interesante en cuanto a su aporte de vitaminas antioxidantes y fibra. ¿Es entonces más saludable? Depende de cómo lo cocinemos; estos bastones de boniato al horno sí son una alternativa más sana a las patatas fritas de siempre.
En el aspecto gastronómico, el sabor, color y textura del boniato nos permite dar más variedad a nuestros menús, consiguiendo una guarnición o aperitivo diferente muy saboroso y fácil. Y aunque asándolos nunca quedarán igual que fritos, hay algunos trucos para lograr un acabado más crujiente.
Otra curiosa alternativa a las fries que ya compartimos son los palitos de polenta, que si bien quedan fácilmente crujientes por fuera, está claro que su sabor y textura interior no tienen nada que ver con una patata frita. Son ingredientes diferentes, otra cosa sería magia.
La batata, al ser también un tubérculo, puede gustar más a quienes busquen una alternativa más "auténtica", pero ya sabemos que asar al horno nunca nos dará ese acabado crujientísimo y sabroso que tanto gusta, y casi resulta adictivo. ¿Cómo evitar que el boniato quede correoso o demasiado blandurrio? Estos son algunos trucos que nos pueden ayudar:
- Cortar el boniato en bastones o palitos finos, de unos 5 mm de grosor como máximo.
- Procurar cortar todas las piezas en tamaños similares, o agruparlos por tamaños.
- Remojar los boniatos cortados en agua fría como mínimo 30 minutos, secándolos muy bien después.
- Pintar los bastones con aceite.
- Aplicar un ligero rebozado en almidón de maíz (maizena).
- Echar sal solo después de hornearlos.
- No amontonarlos en las bandejas.
- Asar a temperatura alta, sobre rejilla o dándoles la vuelta a las piezas.
- Dejarlos reposar unos minutos sobre otra rejilla, pero comerlos al momento.
Si no nos importa tanto ese acabado crujiente podemos ahorrarnos tantas molestias y simplemente cocinar los bastones al horno para disfrutar de su rico sabor.
Lavar los boniatos, secar y cepillar, o pelar con un pelaverduras. Se puede dejar la piel, pero hay que procurar eliminar todos los restos de tierra, raíces y posibles partes más duras o dañadas.
Con un buen cuchillo o mandolina, cortar longitudinalmente para sacar "lonchas" de un grosor inferior a 1 cm. Cortar cada porción en bastones finos, procurando que queden de tamaños regulares. Separar los más pequeños o cortos de los más largos.
Cubrir con agua fría y dejar a remojo al menos media hora. Escurrir y enjuagar, secar muy bien y pintar con aceite de oliva. Precalentar el horno a 220ºC y preparar un par de bandejas con papel de hornear. Utilizar rejillas si se dispone de ellas.
Extender los bastones en las bandejas, mejor si los separamos por tamaños, y espolvorear con maizena tamizada, removiéndolos bien. Puede ser más fácil si echamos el almidón en una bolsa de de congelación y los rebozamos dentro. No tienen que quedar muy cubiertos.
Aderezar con las especias al gusto y hornear durante unos 20-25 minutos. Si fuera posible, remover o darles la vuelta a mitad del tiempo; horneándolos sobre rejilla no hará falta. Asar solo una bandeja cada vez y no perder de vista por si se queman.
Traslar a una rejilla fuera del horno para que se enfríen un poco; se volverán más firmes al perder calor. Añadir en este momento la sal y servir inmediatamente. Se pueden guardar las sobras en un recipiente hermético en la nevera, pero entonces sí que se reblandecerán.
Con qué acompañar los bastones de boniato
Los bastones o palitos de boniato al horno son, por supuesto, una excelente guarnición de hamburguesas de carne, pescado o vegetarianas, también de cualquier otro plato principal. Con uno o dos huevos escalfados puede ser una cena nutritiva o almuerzo ligero sencillo, y también podemos servirlos de aperitivo con una variedad de salsas al gusto. Están muy ricos con yogur griego mezclado con limón, ajo y hierbas, hummus o kétchup casero.
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