Debo de confesaros que la primera vez que probé esta bechamel ligera sin harina de trigo no la distinguí de la que hago habitualmente, y eso que no llevaba entre sus ingredientes ni harina de trigo ni aceite ni mantequilla, por lo que resulta ideal para cuando queramos gratinar un plato, pero sin grandes remordimientos por el exceso de calorías.
Podéis emplear leche de cualquier tipo, ya sea entera, semidesnatada o sin nada de grasa, al igual que leche sin lactosa, con cualquiera de ellas obtendréis una bechamel ligera y muy apropiada para dorar la superficie de cualquier preparación como lasañas, pasta o verdura al horno.
Comenzaremos calentando suavemente 400 mililitros de leche en una olla. Mientras en un bol echamos los restantes 400 mililitros de leche y disolvemos las seis cucharadas soperas de Maicena removiendo con varillas hasta que no veamos grumos.
Añadimos esta mezcla al resto de la leche templada y salpimentamos al gusto, añadiendo también una pizca de nuez moscada. Aumentamos la potencia del fuego y sin dejar de remover cocemos hasta que hierva y espese.
Volcamos rápidamente a un bol y tapamos con papel film pegado a la superficie de la bechamel hasta que enfríe para que no quede corteza.
Con qué acompañar la bechamel ligera sin harina de trigo
Como antes os comentaba esta bechamel ligera sin harina de trigo es ideal para cuando no queramos prescindir de un plato con gratinado, pero de manera ligera y nada pesada. Acompañarla con unas verduras al horno, una lasaña, o simplemente gratinada encima de unos macarrones con carne.
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