La comodidad de adquirir zanahorias pulcras envasadas casi nos hace olvidar que este tubérculo crece bajo tierra y deja en la superficie unas preciosas hojas verdes que, además, son perfectamente comestibles. Merece la pena comprar la hortaliza sin procesar para preparar en casa este sorprendente pesto de hojas de zanahoria, tan sabroso como versátil.
Como el pesto tradicional y cualquiera de sus variantes, más que una receta es un punto de partida que podemos personalizar al gusto. Nos gusta combinar las hojas con almendras tostadas, pero se puede usar cualquier otro fruto seco, o los clásicos piñones. Si el sabor nos parece fuente, solo hay que añadir más limón, rebajarlo con agua, agregar más queso o probar con otras hierbas.
Ingredientes
- Hojas de zanahoria (de un manojo de verdura) 70 g
- Diente de ajo 1
- Almendras tostadas 70 g
- Zumo de limón y ralladura al gusto 10 ml
- Queso parmesano rallado 60 g
- Aceite de oliva virgen extra (aproximadamente) 120 ml
- Sal 1 cucharadita o al gusto
- Pimienta negra molida al gusto
Cómo hacer pesto con hojas de zanahoria
- Tiempo total 15 m
- Elaboración 15 m
Cortar las hojas de las zanahorias y guardar la hortaliza para otros usos. Es habitual que vengan con tierra o arenilla; sacudir primero un poco para sacar la mayor cantidad posible de esta.
Cortar las hojas en sí de los tallos más gruesos, dejando las ramificaciones más finas. Poner en un recipiente con agua y lavar muy bien removiendo con la mano, enjuagándolas varias veces. Después, escurrir con un centrifugador de verduras, o secar a conciencia con paños limpios.
Picar un poco a cuchillo. Trocear el diente de ajo, retirando el germen si somos muy sensibles, y picar las almendras ligeramente. Colocar todas las hojas en el vaso de una batidora, robot o procesador -la mejor opción-, junto con el diente de ajo troceado, el zumo de limón, las almendras y la mitad del aceite.
Triturar un poco para empezar a tener una masa homogénea. Añadir el queso, ralladura de limón, sal y pimienta negra. Seguir triturando hasta tener una pasta. Echar poco a poco el aceite restante y seguir triturando, removiendo cuando haga falta.
Ya solo queda probar y ajustar la textura y los ingredientes al gusto. Se puede dejar más pastosa, para añadir aceite o caldo más tarde según la receta, o más húmeda, con más aceite o incluso con algo de agua. Si tuviera un sabor muy fuerte, añadir más limón y/o queso.
Con qué acompañar el pesto de zanahoria
Además de lo obvio, es decir, combinada con pasta o pizza, el pesto de zanahoria es una especia de crema untable, salsa o dip deliciosa para enriquecer todo tipo de platos. Si la hemos preparado dejándola más bien espesa, podrá darnos mucho más juego.
Una buena idea es probarla untada en una rebanada de buen pan, para apreciar mejor su sabor, y a partir de ahí probar combinaciones con otros ingredientes para hacer aperitivos o canapés. Sobre una base de queso crema, o coronando el pesto con un queso fresco y más suave, como el rulo de cabra o mozzarella, ya es un bocado delicioso.
Otra opción muy versátil es emplear este pesto como aliño de ensaladas o platos de verduras. Hace gran pareja con buen tomate y otras hortalizas frescas dulzonas, como el pepino o brotes de espinaca, canónigos o alguna lechuga. También realza de maravilla a las verduras asadas, servidas calientes o frías, como el pimiento, y, por supuesto marida a la perfección con las propias zanahorias al horno.
Podemos usarlo como aderezo de carnes a la plancha o asadas, enriqueciendo una vinagreta, dando sabor a una mantequilla de hierbas o como complemento de una salsa de yogur o una mayonesa. Su sabor es casi adictivo si se sirve sobre un buen hummus, o acompañando pescados al horno o en papillote.
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