Por necesidad y por méritos propios, las patatas se han convertido en la guarnición básica de multitud de platos. Para no caer siempre en las socorridas patatas fritas, podemos elegir tubérculos pequeños y nuevos, que son especialmente sabrosos y se pueden cocinar de mil maneras, por ejemplo en esta receta de patatas en salsa cremosa de cebollino y mostaza.
La salsa puede ser más o menos espesa, al gusto personal, y aunque las semillas de mostaza pueden ser opcionales, recomiendo encarecidamente usarlas. Añaden mucho más sabor y un punto picante fantástico que combina muy bien con el cebollino fresco picado y la cremosidad de la salsa.
Lavar y secar bien las patatas. Cocerlas en agua hirviendo o al vapor hasta que estén al dente, no demasiado blandas. Esperar a que se enfríen, pelar y trocear en piezas de un bocado, más o menos del mismo tamaño. Reservar.
Tostar en una sartén o cazuela las semillas de mostaza hasta que liberen su aroma. Añadir la mantequilla y derretir a fuego medio. Incorporar la harina y remover bien para que no formen grumos. Añadir poco a poco la nata y un chorrito de vino blanco. Cocer unos 5 minutos, removiendo con suavidad, añadiendo la leche poco a poco hasta tener la textura deseada.
Incorporar la mostaza, salpimentar al gusto y remover bien. Añadir el cebollino picado al gusto y por último las patatas, removiendo todo el conjunto. Dejar que las patatas cojan bien los aromas de la salsa unos minutos a fuego lento.
Con qué acompañar las patatas
Estas patatas en salsa cremosa de cebollino y mostaza son una estupenda guarnición tanto para platos de pescado como para carnes asadas o a la plancha. También podemos servirlas como tapa o entrante, o como parte de una comida de picoteo.