Aunque no sea vegetariana, soy muy amante de comidas sueltas o incluso días enteros libres de carne. Cada vez mi cuerpo me pide menos proteína animal, y sí más verduras y cereales, que me encantan y le sientan muy bien a mi cuerpo. Ahora que estamos en primavera, unas tiernas patatas nuevas asadas con champiñones y pan rallado son el tipo de receta que me enamoran aún antes de haberlas probado.
Para preparar esta rica receta de patatas nuevas asadas con champiñones y pan rallado, he utilizado champiñones, aunque evidentemente, puedes utilizar cualquier otro tipo de setas. Sí recomiendo utilizar tomillo fresco, pues el aroma y el sabor que aporta no es lo mismo si se usa la hierba seca. Como posibles variaciones de la receta, se me ocurre añadirle taquitos de bacon o un poco de queso feta desmenuzado al sacarlo del horno para darle un sabor todavía más mediterráneo.
Lavamos las patatas y las pelamos, si queremos. Yo nunca pelo las patatas nuevas, ya que éstas suelen tener una piel muy fina. Además, en la piel se conservan las vitaminas y nutrientes. Troceamos las patatas por la mitad o un poco más, dependiendo del tamaño, y las vamos poniendo en una sartén o cacerola apta para horno. Exprimimos el limón y lo echamos por encima de las patatas junto con el tomillo finamente picado. Añadimos el aceite y ponemos la sartén a fuego medio 4-5 minutos, agitando de vez en cuando.
A continuación lavamos la setas, las cortamos por la mitad, si son pequeñas y en cuartos si son más grandes, y las incorporamos a las patatas. Mezclamos todos los ingredientes. Condimentamos con sal y pimienta y metemos la sartén en el horno, previamente precalentado a 200ºC. Pasados 10 minutos, sacamos del horno y espolvoreamos las patatas con el pan rallado. Horneamos durante 20-25 minutos o hasta que las patatas estén tiernas.
Con qué hacer las patatas nuevas asadas con champiñones y pan rallado
Este plato de patatas nuevas asadas con champiñones y pan rallado me ha sorprendido gratamente. Quedan jugosas y tienen un delicioso sabor a tomillo y limón, a la vez que el pan rallado le da una textura muy interesante. A pesar de ser un plato vegetariano, es bastante contundente. Puede servir como guarnición o también como cena o comida vegetariana, acompañado de una buena ensalada de hojas verdes.
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