El otro día les comenté cómo solía hacer la ensalada de espinacas. Más de uno de los amigos que suelen comentar, aportaron la idea de aliñar dicha ensalada con una vinagreta de mostaza. Excelente combinación. El picante de la mostaza es una buena aportación a las espinacas crudas. Y a la mayoría de ensaladas. En Francia, por ejemplo, y en otros países del norte de Europa, es un aliño habitual.
Pues bien, hoy de nuevo tenía una ensalada de espinacas para cenar y como me había sobrado un poco de wasabi del que hice para el sushi de bonito que algunos de ustedes recordarán, me decidí por una variante de esa vinagreta sustituyendo la mostaza por wasabi y alguna que otra pequeña variante.
Así que, he aquí esta receta de Vinagreta al wasabi.
Los ingredientes
La vinagreta: 4 cucharadas de vinagre de vino de arroz, 2 de aceite de oliva virgen extra (AOVE), 1 de soja, 1 cucharilla de pasta de wasabi, 1/2 de azúcar y una pizca de sal.
La ensalada: espinacas crudos, canónigos, rabanitos, champiñones y la vinagreta para aliñar.
La preparación
Primero debemos mezclar bien el polvo de wasabi con agua. Para ello ponemos en un cuenco plano unas dos cucharadas de polvo y lo mezclamos con casi otras dos de agua. Vamos haciendo una pasta hasta que quede todo el polvo disuelto. Esta mezcla la dejamos reposar hasta que quede lo suficientemente seca como para manipularla con las manos y que no se pegue en ellas.
Seguidamente ponemos en otro cuenco más hondo el vinagre de vino de arroz (u otro de suave si fuera menester), le añadimos el AOVE, la soja, el azúcar y una pizca de sal. Poco a poco le vamos añadiendo el wasabi y emulsionando la vinagreta hasta que quede al punto que deseemos de picante.
Para la ensalada, limpiamos bien unas hojas de espinacas, otras de canónigos, limpiamos y laminamos los champiñones y efectuamos unos cortes a los rabanitos.
Ya sólo quedará emplatar todo ello y servir aliñado con la vinagreta de wasabi y unas perlas del mismo wasabi para decorar.
La degustación
El wasabi le da a la ensalada un toque picante muy diferente del de la pimienta y el chile. Si bien estos últimos suelen picar en la punta de la lengua y los labios, el wasabi, al igual que la mostaza, es un picante más retronasal, de las partes posteriores de la boca.
A mi personalmente me encanta el picante. Y no siempre ha sido así. Siempre lo había considerado una ardid, una trampa, un fuego de artificio encaminado a enmascarar los sabores originales de otros ingredientes, quizás para platos con sabores difíciles y poco delicados. Hoy, después de numerosas pruebas, rectifico. Un puntito de picante revitaliza, incluso realza el sabor primigenio de algunos ingredientes. Seguramente mi paladar se ha acostumbrado a él.
Y me temo que no hay vuelta atrás.
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