En las reuniones familiares, un plato que nunca falla es nuestra receta de gambas al ajillo. Este plato, ideal para el aperitivo como las gambas a la gabardina, lo hemos elaborado con buenas gambas blancas, muy frescas, y con un aceite de oliva virgen extra aromatizado con ajos y cayena. También quedan ricas con langostinos congelados, pero no es lo mismo.
Es importante comprar o hacer un buen pan rústico de trigo con buena miga, ya que tan rico como las propias gambas es el aceite que queda en el fondo de la fuente de barro, que todos disfrutarán mojando una o dos rebanadas.
En cuanto al nivel de picante, podéis ajustarlo añadiendo más o menos guindilla de cayena, o incluso no añadirla si así lo preferís. La receta, la podéis elaborar también con langostinos o gambones si así lo preferís, aunque entonces -en rigor- no estaríamos ante unas gambas al ajillo.
Para hacer las mejores gambas al ajillo, es preciso contar con buenos ingredientes: en este caso, buenas gambas, buenos ajos españoles y por supuesto, un buen aceite de oliva virgen extra. Comenzamos pelando las gambas para retirar sus cabezas, patas y caparazones. Por supuesto, no los tiramos sino que los guardamos (o congelamos) para hacer en su día un buen fumet de marisco o caldo de gambas.
Ponemos el aceite en una fuente de barro y mientras se calienta, fileteamos los ajos y las cayenas. Los añadimos al aceite y dejamos que se doren vigilando para que no lleguen a quemarse. Mientras tanto aprovechamos para retirar el intestino o hilillo negro a las gambas.
Cuando los ajos están en su punto y el aceite está burbujeando debido a la temperatura, agregamos las gambas sazonadas con un pellizco de sal y tras un minuto, les damos la vuelta, apagando el fuego y tapándolas con un plato.
De esa forma se terminan de hacer con el calor remanente y el vapor que se genera. Así quedan jugosas y tiernas. Dejamos reposar durante cinco minutos y las llevamos a la mesa, destapando delante de los comensales.
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Con qué acompañar la receta de gambas al ajillo
Para acompañar nuestra receta de gambas al ajillo, te recomendamos un buen pan de masa madre y una copa de vino o de cerveza muy fría. Si al probar las gambas o el aceite, cierras los ojos, te sentirás transportado a un chiringuito situado a la orilla del mar.
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