Todos sabemos que si hay algo que te prohíben en todas las dietas para bajar de peso, las patatas fritas de bolsa o chips se llevan la palma. Por eso creo que os gustará esta receta de virutas de patata crujientes y especiadas, porque además de deliciosas, apenas llevan grasa en su preparación ya que en cierto modo, se fríen en el horno.
Con muy poco aceite de oliva y el sabor que les aporta una sorprendente mezcla de hierbas y especias que os va a costar creer, estas patatas resultan estupendas para el aperitivo, para guarnición de platos de carnes o pescados y como tentempié para tomar entre horas.
Esta receta tiene dos secretos para salir deliciosa que coinciden con los dos ingredientes principales que vamos a usar: las patatas y las especias. En cuanto a estas últimas, lo fundamental es buscar el contraste. En un molinillo de café o en un clásico mortero o almirez, tendréis que triturar vuestra mezcla personal. Podéis utilizar las especias que más os gusten sin temor a mezclar, pero yo os recomiendo que utilicéis al menos, sal, pimienta, azúcar, canela y cardamomo. ¡Sí, azúcar y canela también! El efecto del contraste dulce y salado es sorprendente. Mezclar unas y otras en la proporción que sea de vuestro agrado.
Yo usé 2 cucharadas de sal, una de azúcar, media de canela y añadí pellizcos de curry en polvo, orégano, 2 bayas de pimienta verde y 3 pimienta de negra, 2 clavos, y el interior de 4 vainas de cardamomo. Una vez triturado y mezclado todo, lo reservamos para cuando tengamos terminadas de freír las patatas en el horno.
En cuanto a las virutas de patata, las hacemos usando el pelador. No buscamos las clásicas chips o patatas redondas, sino virutas irregulares, así que no tengáis problema si alguna sale más grande y otra más chica. Una vez cortadas las dos patatas, - ya veréis cuántas virutas salen -, las ponemos en agua fría durante 40 minutos, para que suelten el almidón.
Escurridas y secas las virutas de patata tras pasar por papel absorbente, ya están listas para hornear sin añadirles sal. Como quería que fueran de dieta, simplemente las pincelamos con una pizca de aceite de oliva y las ponemos en una placa de horno con un silpat o bandeja antiadherente. Tras aproximadamente 15 minutos a 180ºC tendrán un precioso color dorado. Yo tuve que hacer dos tandas de dos bandejas cada una de la gran cantidad de virutas que salen de dos patatas.
Sacamos nuestras virutas de patata del horno, las volvemos a poner sobre papel absorbente y las espolvoreamos generosamente con nuestra mezcla de especias y hierbas para sazonarlas, porque os recuerdo que al horno han ido sin ningún tipo de condimento.
Con qué acompañar las virutas de patata crujientes y especiadas
Estas virutas de patata crujientes y especiadas resultan deliciosas por su sorprendente sabor que incluye toques picantes, toques dulces e intensos contrastes. Son idóneas a la hora del aperitivo con una cerveza o un vermú, y también para guarnición. Además son comodísimas ya que, como se consumen en frío, se pueden tener listas con antelación y aguantan crujientes dos o tres días.
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