Visto el éxito que tuvimos en casa cuando cenamos la crema Crecy de zanahorias, esta semana he preparado otra crema clásica para cenar, concretamente, la crema castellana de garbanzos, el plato de cuchara que alegrará tus cenas que también puedes servir como entrante o primer plato a mediodía.
No confundáis la crema castellana -que se elabora con garbanzos, patata y puerro- con la sopa castellana o sopa de ajo, -hecha con ajo, pan duro y pimentón-, por más que ambos sean platos de cuchara deliciosos y muy fáciles de preparar.
Para hacer esta receta, podemos usar garbanzos secos, en cuyo caso tendremos que cocerlos aparte durante 3 horas a fuego lento o 45 minutos en olla rápida, podemos usar sobras de un cocido madrileño, o si queremos también podemos usar un frasco de garbanzos cocidos, tras enjuagarlos bien y escurrirlos.
Para que la crema tenga un sabor interesante, comenzamos preparando un sofrito con el puerro, bien picado, que cocinaremos a fuego lento hasta que se comience a caramelizar. Para hacerlo, usaremos los mismos trucos que cuando hacemos cebolla caramelizada, para tenerlo listo en unos 30 minutos.
Mientras tanto, aprovechamos para cocer las patatas y las zanahorias cortadas en trocitos pequeños para que no tarden mucho. Cuando estén, las mezclamos con el puerro caramelizado, añadimos también los garbanzos cocidos y agregamos el caldo de verdura, o si lo preferimos, un caldo casero de pollo.
Dejamos cocer a fuego lento durante 10 o 15 minutos y después trituramos todo con un pasapuré fino, para que quede cremoso y uniforme. Si fuera necesario, podemos añadir un chorrito de leche o nata líquida para obtener una textura más cremosa. Si lo preferís podéis usar una batidora de mano o la Thermomix para ese fin. Una vez lista la crema, la decoramos con unas semillas de sésamo y con hojas de tomillo y la llevamos a la mesa bien caliente.
Con qué acompañar la crema castellana de garbanzos
Para acompañar la crema castellana de garbanzos, podemos recurrir a los picatostes, o hacer un salteado con setas y taquitos de jamón, todo muy picado y servir una cucharada sopera por encima de la crema. Tras este espléndido plato de cuchara, os recomiendo un postre fácil como la tarta de peras y crema de limón, para que todos terminen encantados con vuestro arte en la cocina. s