Las cremas y sopas son una excelente opción para las cenas de diario o para cuando queremos comer ligero. Se pueden preparar con antelación, solo necesitan de un golpe de calor en el momento de servirlas y son muy reconfortantes. Nos gustan mucho las recetas clásicas como la crema de calabacín, y también variantes como esta con puerro y queso a la que hemos dado una vuelta de tuerca con la presentación. Y también está muy rica servida tibia o incluso fría.
Hay frutas y verduras que se prestan a servir de contenedor: sandía, melón, piña, calabaza, etc. También el calabacín que, en su variedad luna y por su forma de globo, es perfecto para ello. Podemos optar por usarlo solo como contenedor en crudo o por darle un toque de vapor y disfrutarlo una vez hayamos dado cuenta de la crema de calabacín, puerro y queso. Al gusto, pero no dejéis de probarlo.
Cortamos el puerro separando la parte verde (que guardamos para hacer caldo) de la blanca, cortamos transversalmente y lavamos concienzudamente bajo un chorro de agua. Cortamos en trozos más pequeños y pochamos en un poco de aceite de oliva virgen extra, a fuego suave, durante unos seis u ocho minutos o hasta que comience a verse transparente.
Lavamos los calabacines y cortamos la parte superior de cada uno de ellos. Con ayuda de un sacabolas, los vaciamos. Agregamos la carne de los calabacines al recipiente en el que está el puerro, removemos y cocemos a fuego suave durante 12 minutos. Mientras tanto, colocamos los calabacines y las "tapas" sobre una vaporera, boca abajo, y los cocemos durante diez minutos. Reservamos.
Terminamos la crema agregando el caldo de ave, reservando una parte con la que ajustar el espesor al final, y los quesitos. Salpimentamos y dejamos cocer durante 15 minutos, removiendo de vez en cuando. Una vez tiernas, trituramos, comprobamos el punto de espesor y lo ajustamos al gusto con el caldo que tenemos reservado.
Utilizamos los calabacines cocidos al vapor a modo de recipiente, como si de cazuelitas se tratara. Los rellenamos con la crema, decoramos con una mini quenelle de crema agria, yogur o similar. Espolvoreamos con semillas de sésamo, hierbas provenzales, etc y servimos bien caliente.
Con qué acompañar la crema de calabacín, puerro y queso
Ya sea como entrante de una comida completa, como plato único de una comida ligera o a la hora de la cena, esta crema de calabacín, puerro y queso es un bocado muy especial a pesar de lo simple que pueda sonar. Es suave de textura, pero muy sabroso por efecto del queso y la pimienta. Uno de esos platos que gustan a todos para disfrutar en familia que se puede acompañar con un poco de pan casero.
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