El mundo de las cremas de verduras y de los purés nos encanta en DAP porque son rápidas, baratas, sabrosas, nutritivas y encima conseguimos que todo el mundo salga encantado en cuestión de segundos.
Es lo que ocurre cuando hacemos en casa esta receta de crema de espinacas (que no espinacas a la crema, ojo), pues es una forma muy fácil de dar salidas a esta verdura que a veces se nos enquista con los más pequeños de la casa, que incluso harán que nos coronemos con esta receta de espinacas.
El truco, como siempre que hablamos de cremas, está en usar una buena nata que dé textura y sabor al resultado final (como cuando hacemos esta crema de calabacín con quesitos) y en pochar bien las verduras antes de triturarlas.
En este caso solo vamos a utilizar nata para espesar la crema, pero podéis usar cualquier otro lácteo, incluyendo yogures o quesos más o menos potentes, según prefiráis, porque este tipo de platos admiten cualquier compañero.
Picar el ajo y la cebolla en brunoise y los sofreímos a fuego medio en una cucharada de aceite de oliva.
Cuando la cebolla esté transparente, añadimos las espinacas y salteamos a fuego fuerte durante tres minutos.
Luego bajamos el fuego a potencia media, añadimos la nata y dejamos cocinar diez minutos más.
Fuera de fuego con una batidora o en un robot de cocina trituramos hasta dejar textura de crema ligera y corregimos el punto de sal y pimienta.
Con qué acompañar la crema de espinacas
El mismo formato que utilizamos con esta crema de espinacas lo podéis ajustar a cualquier otra verdura u hortaliza como en la crema de puerros, en la crema de calabaza, en la crema de calabacín o en la crema de espárragos, incluso haciéndolas frías o calientes. Lo único que debéis tener en cuenta es que algunas de éstas opciones necesitarán agua o caldo de verduras para cocerse. Como compañía propiamente dicha valdrán unos picatostes o croutons.
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