Si ya sabéis que estos inventos me encantan. Sabéis que para mí, dar un giro a una receta tradicional y verla con otro formato, o utilizar otros ingredientes similares es casi como un reto o desafío. Por eso he querido preparar esta receta de ajoblanco de chufas, en la que he sustituido la tradicional almendra marcona, por los tubérculos.
El resultado ha sido una deliciosa crema fría, refrescante y llena de sabor y en la que el sabor del ajo está presente aunque diluido, ya que he empleado ajos confitados para que no repitiera ni su sabor inundase todo el plato. Ya veréis qué receta tan sencilla y tan agradable para los calurosos días de verano.
Ingredientes
- Chufas 500 g
- Diente de ajo confitado 12
- Agua
- Sal al gusto
- Aceite de oliva virgen extra 300 ml
- Miga de pan 100 g
Cómo hacer ajoblanco de chufas
- Tiempo total 21 m
- Elaboración 21 m
Como una variación desde la receta clásica de ajoblanco, he querido probar esta receta que me enseñó Ismael de Prados y me pareció deliciosa. Como es la parte más larga del proceso, comenzaremos confitando los ajos para quitarles parte de su potencia y para que estén blanditos, como una pasta, utilizando cualquiera de las técnicas para confitar ajos que os conté en este enlace.
Las chufas, las dejamos en remojo durante 8 horas, pero en lugar de hacerlo en agua normal, vamos a hacerlo con agua con sal o añadiendo agua de mar al agua corriente. Así, aunque mantengamos el sabor de la chufa que nos recordará a la horchata, quitamos los toques dulces que no son tan idóneos para este ajoblanco.
Si deseamos utilizar horchata común para hacer esta receta sin usar chufas frescas, deberemos añadir algo más de sal a la sopa fría final para que esté en su punto. Lo he probado y también queda estupendo, aunque las horchatas industriales tienen demasiado azúcar en mi opinión.
En la batidora de vaso, trituramos las chufas con un vaso del agua de remojo, y cuando se forme una pasta la pasamos por un colador fino para retirar la pulpa y fibras. Una vez colado, nos quedaremos con el líquido, que recordará a una horchata algo más espesa y algo más salada. Limpiamos la batidora y la volvemos a utilizar para triturar los ajos con el aceite obteniendo otra pasta que mezclamos con la de las chufas.
Una vez combinados, incorporamos la miga de pan y vamos añadiendo agua fría, mejor helada, y batimos el conjunto hasta obtener una textura adecuada, como la de la vichyssoise o el gazpacho. Una vez preparado, guardamos nuestro ajoblanco de chufas en la nevera hasta el momento de servirlo.
Con qué acompañar la receta de ajoblanco de chugas
La receta de ajoblanco de chufas es una variación sobre el clásico ajoblanco malagueño al que el peculiar sabor de las chufas da un interesante toque dulzón. Es una crema fría refrescante y saciante, idónea para los calores propios del verano que podéis servir como entrante, y a continuación una receta de pescado como la de la lubina a la sal para redondear un menú perfecto.
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