Cuando el frío aprieta lo que más apetece son platos reconfortantes que nos ayuden a entrar en calor. Para ello no hay nada como encender el horno o las opciones de cuchara, y la receta de hoy une un poco ambas ideas. Un plato de pasta rellena gratinada al horno es de lo más suculento, pero esta versión de sopa de lasaña es una alternativa mucho más sencilla y rápida que tampoco se queda atrás.
Hace tiempo que vi por primera vez en la red la versión de la popular receta italiana cocinada en formato sopa, y la verdad es que me llamó mucho la atención. Los sabores son los mismos aunque la textura final, obviamente, es muy distinta, pero tiene la ventaja de que es muy fácil de preparar y nos evita tener que encender el horno o utilizar más de una olla en la cocina.
Ingredientes
- Cebolla dulce 0.5
- Diente de ajo 1
- Carne picada de ternera 200 g
- Tomate triturado natural 400 g
- Laurel 1
- Orégano seco 1/2 cucharadita
- Tomillo seco 1/2 cucharadita
- Vino tinto o blanco 100 ml
- Caldo de pollo o verduras o agua 500 ml
- Placas de lasaña (depende del tamaño) 6
- Queso Parmesano 2 cucharadas
- Ricotta
- Albahaca
- Pimienta negra molida
- Sal
- Aceite de oliva virgen extra
Cómo hacer sopa de lasaña
- Tiempo total 40 m
- Elaboración 10 m
- Cocción 30 m
Picar fina la cebolla y el diente de ajo. Calentar un fondo de aceite de oliva virgen extra en una cazuela y dorar la cebolla con una pizca de sal. Añadir el diente de ajo y remover un minuto.** Incorporar la carne picada, salpimentar y cocinar unos minutos**, hasta que esté bien dorada, removiendo y separando la carne con una cuchara o espátula.
Echar el tomate, el laurel, el orégano y el tomillo. Cocinar un par de minutos y añadir el vino. Cuando se evapore el alcohol cubrir con el caldo, llevar a ebullición y tapar. Cocer durante 20-25 minutos. Romper las placas de lasaña en piezas pequeñas y añadirlas a la cazuela. Cocinar destapado, el tiempo que indique el paquete de la pasta.
Añadir el queso rallado, mezclar y corregir de sal. Servir en cuencos o platos hondos con unas cucharadas de queso ricotta, pimienta negra y albahaca fresca picada o, en su defecto, un poco de perejil.
Con qué acompañar la sopa de lasaña
Esta receta de sopa de lasaña es un plato bien completo, nutritivo y saciante, muy reconfortante en un día especialmente frío. Lo podemos servir con una ensalada mixta y un poco de pan, porque a pesar de que muchos se echan las manos a la cabeza si combinamos la pasta con más hidratos, en esta versión de la lasaña empleamos menos cantidad que en su formato habitual.
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