Sopa de pollo con garbanzos, jengibre y cúrcuma: receta súper nutritiva y saludable para combatir el frío

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En cuestión de platos para hacer frente al frío, las sopas ganan por goleada. Potajes y estofados también nos encantan, pero una sopa, con su nutritivo caldo, sienta de maravilla, y más si sufrimos algún malestar típico de la época. Esta receta de sopa de pollo se sale de la típica casera para nutrirnos con el sabor y las propiedades de ingredientes tan aromáticos como el jengibre o la cúrcuma, con poder antiinflamatorio.

Propiedades y beneficios aparte, lo cierto es que es una sopa sabrosísima que no resulta muy pesada, pero sí es bien saciante. Prescindimos de hidratos de carbono básicos como el arroz o la pasta para sumar más proteínas combinando el pollo y los garbanzos, que, si tenemos tiempo, podemos pelar para que sea aún más digestiva.

Ingredientes

Para 4 personas
  • Pechuga de pollo (aproximadamente) 550 g
  • Diente de ajo 2
  • Jengibre fresco 20 g
  • Cúrcuma molida (1 cucharadita, aproximadamente) 2.5 g
  • Caldo de pollo 1 l
  • Pimiento rojo pequeño 1
  • Cebolla de primavera o de verdeo (tallos) 3
  • Zanahoria 1
  • Garbanzos cocidos en conserva o caseros 400 g
  • Perejil fresco o cilantro
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Pimienta negra molida
  • Sal

Cómo hacer sopa de pollo con garbanzos, jengibre y cúrcuma

Dificultad: Fácil
  • Tiempo total 50 m
  • Elaboración 10 m
  • Cocción 40 m

Pelar y picar muy finos o rallar el jengibre y los ajos. Calentar un par de cucharadas de aceite en una olla o cazuela amplia, a fuego suave, y cocinar estos ingredientes junto con la cúrcuma, sin dejar que se tuesten. Añadir el caldo y dejar que se infusione unos pocos minutos.

Secar las pechugas con papel de cocina, limpiar de posibles restos de grasa o hueso y cortar por la mitad longitudinal para que no sean tan grandes. Añadir a la olla, llevar a ebullición, tapar y cocer bajando el fuego unos 15-20 minutos, hasta que el pollo esté cocinado por dentro.

Aprovechar para lavar y picar en cubitos pequeños el pimiento y la zanahoria, previamente pelada, y en rodajas finas la cebolla de verdero (o cebolleta tierna muy fina, los tallos). Sacar el pollo con cuidado y desmenuzar con dos tenedores en piezas de un bocado, o picar a cuchillo.

Devolver el pollo troceado a la olla junto con las verduras, remover e incorporar también los garbanzos escurridos y enjuagados. Tapar y cocinar unos 10-15 minutos más, o hasta que las verduras estén al punto deseado. Probar y ajustar de sal y pimienta, si es necesario. Se puede reducir el caldo cociendo unos minutos destapado, o añadir algo más de líquido o agua si la preferimos más caldosa.

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Con qué acompañar la sopa de pollo con garbanzos, jengibre y cúrcuma

Una sopa de las de calentar cuerpo y alma se sirve en casa con limón cortado para echar un buen chorrico al gusto, pero quizás es una costumbre muy murciana. En cualquier caso añadirá un puntito ácido y fresco que a este plato de cuchara le va muy bien, y podríamos usar también lima, especialmente si la servimos con cilantro en lugar de perejil.

Se trata de un plato saciante, completo y muy nutritivo, del que si servimos una buena ración no necesitaremos más en el menú para quedarnos más que satisfechos, sin caer pesada al estómago. Podemos acompañarla con una rebanada de buen pan de hogaza, regañás o picatostes que hagan constraste crujiente. Para el postre nos quedamos con fruta de temporada, como unas manzanas asadas.

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