Caliente y reconfortante cuando bajan las temperaturas por la noche, o servida más fresquita si el tiempo acompaña, la crema exprés de remolacha es una de esas recetas para repetir todo el año, que nos sacará de muchos apuros.
La elaboración básica solo requiere tres ingredientes muy fáciles de encontrar en cualquier comercio, que además podemos comprar con antelación de muchos días antes de abrirlos, y nos hará invertir unos cinco minutos. A partir de ahí, tenemos muchísimas opciones para enriquecer el plato, introducir variaciones o probar toques distintos de aderezos.
Lo único que tenemos que hacer es triturar en un robot de cocina, batidora de vaso o con batidora de brazo tipo minipimer unas remolachas ya cocidas en conserva -o envasadas al vacío, que sean al natural- con caldo de verduras y nata líquida de cocina. Y, si la queremos caliente, usar el microondas hasta la temperatura que nos guste.
Si somos veganos o intolerantes a la lactosa, podemos usar leche de coco ligera o cualquier alternativa vegetal, incluso leche o bebida vegetal si la queremos más ligera. En caso de no tener caldo disponible también sale muy rica usando agua, aunque entonces tendremos que añadir un poco de sal y pimienta para darle más sabor.
Una variante interesante consiste en comprar las remolachas crudas y asarlas al horno antes de triturarlas, y también podemos añadirle queso, especias o hierbas frescas, aceite de oliva virgen extra... o servirla con cebolla frita crujiente, parmesano rallado, huevo cocido o escalfado, etc.
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