Damos respuesta definitiva a la pregunta: ¿hay que conservar o quitar la piel del calabacín?
El calabacín es una verdura de verano ya que necesita un clima caluroso para crecer. En la actualidad, podemos decir que es una verdura atemporal, ya que lo encontramos durante gran parte del año en el mercado. Por esto, lo convierte en un ingrediente común en los hogares y restaurantes españoles.
Pertenece a la familia de las Cucurbitáceas, donde se destacan tres tipos principales de calabacín: calabacín verde, amarillo y dorado. Existen más de 800 variedades de calabacín cultivadas en todo el mundo.
El calabacín es una verdura bastante popular en España. Se consume de diversas formas, ya sea en platos tradicionales como la tortilla de calabacín, en guisos o procesado en crema, en bastones al horno, a la plancha e incluso crudo en esta ensalada de calabacín, queso feta, menta y nueces. Su versatilidad en la cocina lo hacen atractivo y forma parte de muchas recetas deliciosas en la cocina española. Mismo funciona en platos como lasañas y como alternativa de pasta, llamados "zoodles" o espaguetis de calabacín.
En tanto su valor nutricional, el calabacín es bajo en calorías y rico en nutrientes como vitamina C, vitamina A, potasio y fibra. Su suave sabor hace que sea fácil de combinar con una amplia variedad de ingredientes y sabores.
Ahora bien, si alguna vez te preguntaste, si hay que conservar o quitar la piel del calabacín a la de comer, tenemos la respuesta. La piel del calabacín es perfectamente comestible, y en realidad contiene una buena cantidad de nutrientes y fibra. Si el calabacín está fresco y se lava bien, no hay problema en consumirlo con la piel. Además, dejar la piel puesta puede ayudar a mantener la forma y la textura del vegetal al cocinarlo.
De todas maneras, algunas personas prefieren quitar la piel del calabacín por razones de textura y sabor. La piel puede ser un poco más dura en comparación con la parte interna del calabacín, por lo que algunas personas prefieren quitarla para obtener una textura más uniforme al cocinar. Además, el sabor de la piel puede ser ligeramente amarga en comparación con la parte interna, lo que lleva a algunas personas a preferir quitarla. Sin embargo, como se ha mencionado anteriormente, la piel es totalmente comestible, todo dependerá del gusto personal.
Imagen | Foto 1: Angele J, Foto 2: Caroline Attwood
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