El mundo de la cocina rápida está plagado de atajos, en los cuales es bastante fácil tropezar. Por eso, cuando en casa hago algún tipo de recetas de fast food, que todos conocemos como la hamburguesa o los perritos calientes, me gusta controlar dentro de lo que cabe la mayor parte del proceso.
Sabemos que es casi imposible, evidentemente. Bastante tenemos con intentar elegir la carne que más nos convence, como para también tener que estar más pendientes de la cuenta del pan o de la salsas que utilizamos.
Sin embargo, desde hace unos años, cuando preparo todo tipo de recetas de fast food como bocadillos, sándwiches, incluso tacos, siempre tengo a mano una receta doméstica que me permite dar un toque un poquito más casero y muy especial a cualquier tipo de bocado.
Es, ni más ni menos, que la cebolla encurtida. La habéis encontrado en el supermercado de 1.000 maneras distintas, pero con esta receta casera la podéis tener a voluntad en vuestra nevera para cualquier tipo de plato, y es mucho más barato que andar recurriendo a las típicas cebollas encurtidas industriales.
Dificultad, como podéis interpretar, no tiene ninguna. Lo único que hay que tener es una cebolla relativamente buena, partirla en rodajas y ponerla en encurtir con la mezcla que más nos convenga.
Evidentemente, va al gusto. Podéis ir experimentando con distintos tipos de especias o distintos tipos de vinagre o aderezos. Nosotros, en las versiones más habituales, solemos añadir un vinagre de vino (tampoco muy potente), un poco de salsa de soja (que va a portar un poquito de sal) y especias como la pimienta negra o el cilantro o la semilla de cilantro.
A partir de ahí, lo que queráis. Zumo de limón o de lima; cualquier tipo de salsa oriental o de aderezo picante que os guste; cúrcuma, comino, clavo, jengibre… Todo va a depender de vuestro gusto y de donde queráis utilizar también esta cebolla en curtida. Por ejemplo, si nos gusta la cocina mexicana o la cocina peruana, también le irá muy bien a los tacos, al guacamole o incluso para hacer un buen ceviche.
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Además, como tiene esa parte de sal y esa parte de vinagre que lo ayuda a conservarse, no hay problema ninguno en tener esta cebolla encurtida hecha con suficiente antelación y dejarla en un bote cerrado herméticamente en la nevera para tenerla siempre a mano cuando queramos.
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