Esta receta vasca es mi solución fácil para tener una cena rápida, completa, ligera y muy barata

Se acerca la Navidad y nos empieza a pegar sustos. Por un lado, el runrún de los precios que ya andan achantando a nuestro monedero y amaga con desplumarnos de la paga extra de Navidad antes de que nos demos cuenta. Por el otro, los inevitables kilos de más.

Por suerte, tenemos el remedio para ambos males a costa de esta porrusalda vasca. A veces visto como purrusalda o como sopa de puerros, la esencia de esta sencillísima sopa de verduras es la de cocer en un caldo de verduras unos puerros y unas patatas.

Sustento secular de los caseros vascos, la porrusalda es un remedio rápido, barato, rico y completo para no complicarse la cabeza y encima comer sano. Funciona igual de bien como primer plato en una comida o como plato único en la cena y, además, es más que amigable con la inclusión de proteínas.

En nuestro caso hemos apostado por añadir también unas migas de bacalao fresco, que nos permiten añadir unas cuantas proteínas de calidad de fácil digestión, pero hay muchas más opciones.

Igual que sucede con el potaje de vigilia, una buena forma de añadir sustancia a los platos de verduras es distribuir en ellos un huevo cocido. Otro aditamento legendario de la cocina española, capaz de mejorar al mismo tiempo al mítico pisto como de terminar de resolver una sopa de ajo.

Más allá de eso, la porrusalda no tiene ciencia ninguna. Sólo el caldo, procurando que sea de calidad, y que mantengamos también cierta textura en los puerros para que, sin ser duros, sí haya algo de mordida. Va al gusto, claro, pero a nosotros nos gusta más la idea de poder masticar un poco.

Aparte, el concurso de la patata en esta receta también es fundamental para meter hidratos de carbono, aunque también podéis meter más hortalizas como nabo, calabaza o zanahoria.

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