Con este sándwich resuelves una cena en 10 minutos (y puedes hacerlo con lo que tengas en la nevera)

Quien tiene un trozo de pan tiene un tesoro, pero quien además tiene una despensa llena de botes y tarros de conservas vegetales ya eleva la categoría a una cueva del tesoro que habría firmado el mismísimo Alí Babá.

Aquí, por suerte, no hay cuarenta ladrones, pero sí podemos dar de cenar a un regimiento en cuestión de minutos si tenemos un buen pan de molde y unas cuantas latas de conservas. Si también tienes a mano unas cuantas verduras y hortalizas frescas, las matemáticas nos siguen saliendo.

Es lo que sucede con este sándwich vegetal, tótem de la restauración de cafetería y de la cocina rápida, que en apenas 10 minutos te permite poner en marcha un sándwich infalible que para las noches del finde, cuando venimos atiborrados de comer arroces o cocidos por la mañana, va de fábula.

Para antes de ir al cine, para ver el fútbol en casa o simplemente para ponerse un rato la tele con la familia, este tipo de sándwiches nos permite sacar a relucir el fondo de despensa y comer sin apenas darnos ni cuenta.

Es cierto que siempre son sándwiches con un toque de ironía, pues se les llama vegetales pero suelen tener huevo cocido o algún añadido de otras conservas como el propio atún en aceite. Eso, como siempre, al gusto, aunque creemos que en este caso les va más que bien.

Aparte siempre hay ciertos mínimos a cumplir como la lechuga, el tomate o el espárrago, pero también podéis meter pimientos del piquillo, algún encurtido o variante como las aceitunas, las cebolletas o las piparras, o daros el capricho con alguna otra conserva de verduras como las alcachofas confitadas.

También le va de maravilla que pintemos una de las caras del sándwich con un poco de mayonesa o con un poco de alioli, dos salsas todoterreno que sirven para engordar cualquier bocado y darle más jugosidad sin apenas esfuerzo.

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