Los palitos crocantes, grissinis o sus primos hermanos los colines, son pancitos finos y alargados, con una textura muy crujiente. Ideales para todo y sin exagerar, estos palitos crocantes funcionan para untar el queso crema o la mermelada. Y son el acompañamiento ideal en las noches de picoteo, simplemente con una tabla de quesos, guacamole y crudités de verduras.
Salados, integrales o saborizados con curry, queso o cebolla, estos palitos crujientes son únicos para tener en un tarro siempre a mano en la cocina. Y llegaron para quedarse, porque además no tienen gluten y son ricos en proteína vegetal, para el beneficio de los invitados celiacos, vegetarianos y veganos. Es una receta económica, además de rendidora y para toda la familia.
Encender el horno a 180 ºC.
En un cuenco mezclar la harina de garbanzos con la cebolla en polvo, nutricional y pimienta negra molida. El agregado de cúrcuma ayuda a darle color a la preparación.
Luego, agregar lentamente y a cucharadas el agua, hasta formar una masa integrada. Con las manos, formar los palitos y acomodar en una placa para el horno. Decorar con unas semillas de sésamo en la superficie y cocinar por 15 minutos.
Una vez listos, dejar enfriar antes de servir en la mesa.
2 Piezas Bandeja Madera con Asas, Bandejas de Bambú para Servir Comida, Bandeja Rectangular, para Desayuno, Bebidas, Aperitivos, Mesa de Café, Comedor y Decoración (35 x 22 x 5 cm / 40 x 29 x 5 cm)
Con qué acompañar los palitos de harina de garbanzos y cebolla
En este caso, los palitos de harina de garbanzos y cebolla son perfectos para comer solos o acompañados en el banquete junto a unos tomates cherry asados y berenjenas al escabeche, más una porción de hummus o baba ganoush, o en cualquier dip untable que tengamos preparado. Lo mejor para conservar los pancitos frescos, es guardar en un bote o tarro hermético, en un lugar fresco y seco.
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