Que la subida de temperaturas no sea una excusa para dejar de comer lentejas caseras
Estaremos todos de acuerdo en que nada se puede comparar a unas lentejas guisadas caseras tradicionales, más consistentes en la receta de lentejas con chorizo o en una versión vegetariana ligera de lentejas estofadas in grasas. Pero van subiendo las temperaturas y no siempre entra tan bien un plato de cuchara humeante.
Eso nunca ha sido una excusa en casa de mi madre, que por mucho que cayeran 38 grados en la calle con un sol de justicia y la humedad por las nubes -el verano murciano es así-, no hay semana que no prepare sus lentejas de toda la vida. Yo prefiero sufrir un poco menos y en verano me paso a la ensalada de lentejas crujientes, tan fácil de hacer como saludable, versátil y riquísima.
Es tan sencillo como escurrir unas lentejas tipo pardinas o beluga ya cocidas, mezclarlas con especias, algo de aceite y cebolla en juliana, y dejar que el horno haga su magia. En media hora tenemos unas lentejas tostaditas, crujientes, sabrosísimas y perfectas para comer tal cual o añadir a ensaladas más completas de todo tipo.
Si tienes un apuro las lentejas cocidas de bote hacen su apaño, aunque sale más a cuenta cocer previamente un buen cargamento de legumbre seca para además dejarlas un poco al dente, ya que así se terminarán de cocinar al horno sin deshacerse mucho y quedarán más firmes. Una vez frías se pueden guardar en recipientes separados por raciones varios días en la nevera, y son también estupendas para picotear o añadir como acompañamiento a sopas frías, unos tacos o fajitas -sean o no vegetarianas- o para coronar un hummus.
En DAP | Ensalada de lentejas beluga
En DAP | Crema de lentejas
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