Estas magdalenas de calabaza y chocolate, lo tienen todo: fáciles y rápidos de hacer, quedan súper esponjosos y suaves por dentro. Además, son veganos y tampoco llevan aceite. Esta claro, que es difícil resistir la combinación de calabaza con chocolate. Prometo que sorprenderá a todos, y especialmente a los más pequeños de la casa, que estarán comiendo vegetales sin darse cuenta.
La calabaza, queda bien en una gran cantidad de platos y combina tanto en recetas saladas, cremas, ensaladas, untables como en postres, dulces y hasta como un sustituto de la mantequilla en la pastelería vegana. Al usar calabaza para la masa, ganamos húmedad, riqueza y fibra. Dulcemente condimentado con pumpkin pie spice, una mezcla de especias muy popular en la cocina de Estados Unidos para hacer recetas como la tarta de calabaza, suele ser una mezcla de canela molida, clavo, jengibre, nuez moscada y a veces pimienta de Jamaica. Más los trocitos de chocolate derretidos, hacen que sea un bocado excepcional rico en nutrientes y vitaminas.
Encender el horno a 180 ºC.
En un cuenco, triturar la calabaza con el azúcar y la leche hasta alcanzar un resultado liquido de color naranja. Se puede utilizar un robot de cocina o un batidor de varillas. Reservar.
En otro cuenco, mezclar la harina junto a la levadura química y la mezcla de especias. Reservar.
Luego, integrar los húmedos sobre los secos. Con una cuchara o espátula remover bien hasta no ver rastros de harina y tener una mezcla homogénea.
Trocear con la mano o picar con un cuchillo el chocolate negro antes de agregar con movimientos envolventes a la mezcla anterior.
Verter la mezcla en moldes para magdalenas y hornear por 30 minutos o hasta que al pinchar con un palito de madera, este salga limpio.
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Con qué acompañar las magdalenas de calabaza y chocolate
Las magdalenas de calabaza y chocolate están riquísimas calentitas y son especiales para disfrutar en el desayuno, a la hora de la tarde con un café espresso o un café irlandés para hacer más excitante la sobremesa. Se pueden guardar en la nevera por 3 a 4 días o también los podemos congelar. Durarán hasta 3 meses y solo hay que dejarlos descongelar a temperatura ambiente para comer.
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