Tanto si ya eres del club de fans del brócoli -nos declaramos culpables-, como si te has decidido a incorporarlo más a tu dieta, esta receta al horno será tu comodín en multitud de ocasiones. Las brassicas son de las verduras que más ganan al asarlas, y esta es la forma más fácil, rápida y sencilla de disfrutar al máximo de sus virtudes gastronómicas.
Lo que queremos es evitar al máximo la humedad para lograr un exterior crujiente y tostado, conservando un interior jugoso y lleno de sabor caramelizado. Necesitamos por tanto asarlo a una alta temperatura, añadirle un poco de grasa y un mínimo de aderezos para potenciar su sabor y textura. Además de los básicos de cualquier despensa (aceite de oliva, sal y pimienta), lo acompañamos de limón y ajo, con un poco de queso parmesano u otro curado como puntilla opcional.
Debe quedar aparentemente churruscado por fuera, pero sin llegar a carbonizarse; al caramelizarse y dorarse con sus propios azúcares y la ayuda del aceite obtendremos una textura deliciosa, nada que ver con el brócoli cocido o blandurrio.
Precalentar el horno a 220ºC, con aire, si tiene. Forrar con papel de hornear una bandeja grande, si se prefiere limpiar menos. Cortar el brócoli separando los floretes en porciones no mucho más grandes de un bocado, dejando parte de los tallos y conservando el tronco central.
Es difícil sacar floretes idénticos, pero incluso positivo que tengamos porciones de distinto tamaño para obtener diferentes puntos de cocción. Los floretes más grandes habrá que cortarlos por la mitad, atravedando su tallo.
Para el tronco, cortar la parte más externa y dura hasta que se vea más blanco y tierno, no fibroso. Cortar en bastones de un bocado. Lavar todo bien con agua, con suavidad, y escurrir y secar con un paño limpio.
Extender en una sola capa en la bandeja, rociar con un chorro generoso de aceite de oliva y salpimentar. Añadir los dientes de ajo pelados enteros, cortados por la mitad o laminados gruesos, según se prefiera dar más o menos sabor. Para ahorrar tiempo se puede aderezar con ajo en polvo. Remover bien con las manos.
Hornear 15 minutos; si el horno no es muy homogéneo, girar la bandeja a mitad del tiempo. Sacar y retirar las piezas más pequeñas que estarán ya más que hechas. Voltear los más grandes y volver a hornear unos 5 minutos, bajando la potencia a 200ºC.
Aliñar nada más salir del horno con el zumo de medio limón y servir con ralladura de la otra mitad; añadir parmesano rallado si se desea y más pimienta negra.
Con qué acompañar el brócoli al horno
Aquí, además de aderezar el brócoli asado con parmesano recién rallado, hemos añadido cilantro picado, pero le iría bien casi cualquier otra hierba fresca que nos guste (perejil, cebollino, orégano, tomillo, romero, estragón...). También podemos acompañarlo con lo que se nos ocurra, como piñones o frutos secos tostados, sésamo, copos de chile, anchoas, una vinagreta potente o una salsa con toques exóticos, etc. Lo podemos servir de primer plato o emplear de guarnición en cualquier menú, pues combina muy bien con carnes, pescados, cereales o legumbres. Con un par de huevos escalfados o en revuelto tendremos una comida bien completa.
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