Como entrante o como plato principal para la cena, unos pimientos rellenos, en este caso de soja texturizada, es una gran idea. La acción de rellenar una verdura, es sumamente atractiva. Sea calabaza, calabacín, berenjena o hasta remolacha, es más que interesante para duplicar la porción y llevar al trabajo al día siguiente.
En el caso de los pimientos, sea rojo, verde o amarillo, gustan por su dulzura para rellenar con cereales, legumbres, verduras y quesos. Esta vez, con soja texturizada, zanahoria, apio y tomate triturado, junto a una pizca de comino molido y pimentón dulce hacen la diferencia para profundizar el sabor.
Mismo con curry o ras el hanout, y perejil picado, quedará muy bien. Una combinación de especias increíblemente buena y especial para darle un toque único a los platos.
Con un buen aporte de proteínas y vitaminas, es uno de los platos que cocino cuando tengo poco tiempo. Tener un paquete de soja texturizada en la despensa, es un gran aliado en este casos. Un recurso muy práctico. Simplemente hay que hidratarla y añadirla a cualquier preparación, y al no tener un sabor concreto, queda bien con todo.
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Estos pimientos rellenos valen para comer con un tenedor o una cuchara, o cortados con cuidado en pedazos, no hay una manera incorrecta de comer un pimiento relleno. Para almacenar, en la nevera, en un recipiente hermético durarán hasta 4 días. Y para recalentar, lo mejor es calentar las sobras en una fuente de horno a 180 ºC por 20 a 25 minutos con un extra de queso rallado para gratinar nuevamente.
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