Cuando hace unos años se popularizó aquella famosa canción de La Gozadera, repetida hasta la saciedad por todas partes y muy pegajosa, podíamos al menos consolarnos con devolver a la cultura popular esas mágicas palabras que evocan platos familiares en diversos rincones del mundo, el arroz con habichuelas.
En realidad podemos encontrar versiones muy distintas de ese plato tanto en nuestro país como al otro lado del Atlántico, pero en mi caso es inevitable recordar los guisotes y pucheros de mi abuela, cocinando esos platos que aprendió desde niña en el corazón de la huerta murciana. Una cocina humilde donde la carne y el pescado fresco no estaban tan disponibles como hoy estamos acostumbrados, y las legumbres, verduras y cereales eran la fuente nutritiva familiar.
El arroz con habichuelas y alcachofas de mi abuela es un plato totalmente vegetal, barato y sencillo, y al mismo tiempo sabrosísimo, nutricionalmente muy completo y saludable. Las habichuelas, alubias o judías blancas, combinadas con el arroz y el imprescindible pedazo de pan casero que no podía faltar en la mesa, suman proteínas vegetales completas, y la verdura de temporada redondea un platazo.
Con alubias en conserva esta receta se hace rapidísimo y solo tenemos que ocuparnos de pelar las alcachofas de temporada para hacer un guiso súper fácil y económico, al que podemos sumar otras hortalizas que nos gusten o darle incluso un toque picantito con pimentón ahumado o alguna cayena.
Perfecto para preparar con antelación o llevar en táper, buenísimo para un lunes sin carne o seguir la Cuaresma, o simplemente para comer bien sin gastar mucho dinero y quedarnos bien saciados con un plato que reconforta cuerpo y alma.
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