Que a agosto le queden cuatro tardes no quiere decir que no tengamos oportunidad de convertir cada receta que os proponemos en un canto a las vacaciones. Precisamente lo que sucede con esta receta con calabacín que emana ganas de verano.
Además, no viene solo el calabacín, sino que lo vamos a emparentar con el queso fresco –el que tengáis a mano, no os compliquéis la cabeza– para demostrar que son dos mundos que se entienden de maravilla.
Inspirada por el chef Yotam Ottolenghi, esta receta de calabacín debería entender ex aequo como también una receta con queso fresco, pues ambos son muy protagonistas, todo en un tono agridulce –para bien– con un toquecito de vinagre que resalta al calabacín a la plancha y que le hace mantener su jugosidad.
Ciencia no tiene, pero encanto tiene a raudales y en ella podemos coquetear a voluntad con las especias que tengamos en casa sin complicaciones, dando por seguro que en poco más de media hora tenéis una receta fácil, sana y rápida que repetiréis una y mil veces como es este calabacín agridulce.
Lo primero que hay que hace es una suerte de almíbar con vinagre, miel y sal, más parecido una melaza, dejando que se reduzca y nos genere como una suerte de arrope. Mientras tanto, vamos marchando el calabacín a la plancha, cortado en rodajas finas, que prepararemos en la misma sartén que vamos a abrir unas pocas alcaparras encurtidas.
Mientras hacemos esto, en un cuenco mezclamos el queso fresco desmenuzado con las manos con un poco de ajo en polvo, pimienta negra, ralladura de limón y el zumo del propio limón. Al gusto, claro. Puede ser un chorrito o un chorrazo.
Una vez que esté el calabacín listo, lo podemos marinar en el almíbar agridulce inicial o, si no tenemos tiempo, servirlo en el plato, poniendo al lado la mezcla del queso fresco y salseando con generosidad con el almíbar.
Imágenes | DAP
En DAP | Recetas con verduras
En DAP | Recetas con queso