No sabía que mis ensaladas de legumbres tenían un fallo. Todo ha cambiado desde que no me salto este truco

Mi madre y mi abuela me inculcaron mantener la costumbre de cocinar, al menos, una vez a la semana lentejas guisadas. También en pleno verano murciano, casi como un desafío al termómetro y la humedad. Con el tiempo he incorporado también al menú semanalestival las ensaladas de legumbres, más apetecibles y agradecidas cuando no te apetece cocinar. Pero he estado cometiendo un error del que no era consciente. Hasta ahora.

Por mucho que insistamos en las ventajas de cocer las legumbres en casa por una cuestión de ahorro, sabor y sostenibilidad, tenemos que admitir que todos tiramos de conservas a menudo, y más aún en verano. Es demasiado fácil abrir un bote de garbanzos para mezclar con otros ingredientes en frío e improvisar una buena ensalada. Este gesto, sin embargo, puede condenar el sabor de nuestras ensaladas, un fallo que también se repetía incluso cuando sí sacaba tiempo para remojar y cocer las legumbres en casa.

Así puedes conseguir mucho más sabor

La clave para obtener muchísimo más sabor en cualquier ensalada de legumbres es el mismo que ya practicaba con la ensalada de patata: el calor. Es algo tan sencillo como calentar las legumbres de bote o no dejar que las cocidas caseras se enfríen mucho antes de montar la ensalada, y puede marcar una diferencia abismal.

La teoría es simple; cuando la legumbre está caliente o tibia absorberá mucho mejor los sabores, aromas y texturas de los demás componentes de la ensalada, especialmente de salsas, aliños y especias. Es lo mismo que sucede al aliñar la patata cocida, también a la hora de hacer una ensaladilla rusa.

Si has cocido lentejas, alubias o judías, garbanzos o guisantes secos, sencillamente procura tener listos los demás ingredientes de la ensalada, o al menos el aliño o vinagreta, para cuando escurras las legumbres. Deja que se templen tan solo un poco, pues si están muy calientes podrían romperse demasiado al mezclar todo.

Cuando utilices legumbres ya cocidas, aplica algo de calor calentándolas en un horno encendido suave o con calor residual, en la sartén o, sencillamente, en el microondas. Mezcla con un poco de sal y tapa el recipiente, para que no salten, y usa una potencia media durante unos 3-4 minutos, removiendo un poco en la mitad del proceso.

Después de aliñar y mezclar la ensalada en caliente puedes servirla tibia o ya dejar que se enfríe y reservarla en la nevera; tan solo procura no agregar ingredientes sensibles al calor o a la vinagreta hasta el momento de servir, como lechugas u otras hojas verdes, ya que se pondrán blandurrias y mustias.

Foto | timolina en Freepik
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