Ocho trucos para mejorar la ensalada griega y que te salga más rica que nunca

Hay muchas ensaladas conocidas por el mundo, pero nos aventuramos a afirmar que la cocina mediterránea acoge algunas de las más famosas y populares. La riqueza gastronómica de Grecia se refleja en la clásica ensalada griega o horiatiki, un plato sencillísimo, la mar de refrescante, saludable y delicioso, que podemos sin embargo mejorar con pequeños trucos.

Sin existir una receta canónica y fija, es cierto que debido a su popularidad y sencillez se ha replicado infinidad de veces con versiones más o menos atrevidas, incluyendo nuestra variante favorita de ensalada griega con sandía. Desde luego, no es la única ensalada que preparan en Grecia, pero esta es la que ha cruzado fronteras internacionales, conquistando a todo el que la prueba. Y es particularmente popular entre vegetarianos.

Con su base de tomate, pepino, cebolla, aceitunas y queso feta, si usamos los ingredientes adecuados y con pequeños trucos extra lograremos una ensalada griega de categoría, para cualquier ocasión.

Trucos para preparar una ensalada griega más sabrosa

Utiliza los tomates más jugosos y dulces

Hoy tenemos tomates más que decentes todo el año. Siendo una de las bases de la ensalada, usar cualquier variedad harinosa o sin apenas sabor echará a perder nuestra apreciada ensalada, así que mejor prestar atención a la variedad. Si un tomate huele a tomatera, buena señal; procura que sean jugosos -que pesen al tacto-, ligeramente maduros pero no pasados, con la piel crujiente y fina.

Cuando no encuentres buenos tomates en temporada, utiliza variedades de otras estaciones, como el raf de invierno, el kumato anual o los infalibles cherry o tipo uva, más alargados, siempre lo más frescos y tersos posibles. Y puedes mezclar colores distintos.

Cebolla que no repita

No uses cualquier cebolla que tengas por casa. La morada es una apuesta segura para usar en crudo, pero también la cebolleta tierna o la dulce son buenas opciones. Para quitarles ese sabor algo excesivo a los paladares más delicados, y que repita menos, córtala fina y déjala en agua muy fría con sal al menos 20 minutos. Escúrrela bien, sécala y úsala a a conveniencia. Además estará mucho más crujiente.

Aceitunas que no sean de corchopán

En DAP repetimos a menudo que las aceitunas negras brillantes de bote que inundan las ensaladas barateras son casi un crimen. Deséchalas para siempre -a no ser que te encanten-, y en la ensalada griega intenta encontrar las griegas arrugadas, tipo de variedad arauco o similar; más fáciles de localizar son las aceitunas kalamata, mejor con hueso. Si no las tienes a mano, recomendamos unas buenas negras de Aragón o de cuquillo.

Un pepino fino y fresco

Evitemos el pepino más tosco y grueso en esta ensalada. Será más suave y más sabroso el de variedades pequeñas o mini, con una piel finísima que no molesta ni repite. Eso sí, debe ser fresquísimo, crujiente y liso, cortado en rodajas no excesivamente finas.

Si no lo encuentras pequeño, quita parte de la piel con un pelaverduras y córtalo en medias lunas. Son mejores para este caso los tipo inglés u holandés, pues además tienen muy pocas semillas.

Queso feta con denominación de origen

Ya no es complicado encontrar queso feta griego de verdad en los supermercados. Lee bien la etiqueta para comprobar que está hecho en Grecia y que puede lucir el sello de producto con DOP, la denominación de origen protegida. Además, puedes encontrarlo totalmente libre de lactosa.

Otros ingredientes que la elevan

Sin salirnos de las fórmulas más tradicionales auténticas griegas, podemos añadir otros ingredientes para enriquecerla y darle más sabor. Por ejemplo, pimiento verde de tipo italiano cortado en rodajas no muy gruesas, sin semillas y alcaparras o alcaparrones.

Además, son frecuentes las hierbas frescas locales como menta o hierbabuena, verdolaga y orégano, más frecuente en forma seca.

Un aliño sencillo pero de calidad

Es importante que todos los ingredientes se mezclen antes de aliñar. Ya en la ensaladera es cuando se adereza con sal y pimienta negra, se mezcla todo y se procede al aliño. No hay más que combinar un buen aceite de oliva virgen extra y vinagre ligeramente picante, al gusto.

Que no falte el pan

Lo más típico es acompañar la ensalada griega con pan de pita, que ayuda a comerla incluso sin usar tenedor, y con el que podemos formar una especie de tostas. Pero además es importante que sobre para mojar sin vergüenza en los deliciosos jugos que quedarán en el fondo cuando se hayan terminado los ingredientes de la ensalada en sí.

Si no tienes pan de pita hecho, cualquier otro pan de buena miga nos hará el apaño. Las buenas ensaladas son para mojar.

Cocina griega con Maria Zannia (0)

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