Hay que admitir que la humilde polenta es bastante sosa si se cuece sola, pero la cosa cambia cuando se enriquece el caldo y se acompaña con alguna salsa o guiso bien sabroso. Aunque se recomienda combinarla con buenos estofados de carne, una receta vegetariana como este ragú de castañas también es digna de reconfortarnos en la mesa en los meses más fríos.
En las indicaciones originales que hemos seguido combinan dos tipos de polenta, pero en España aún es difícil de encontrar tan solo un tipo básico, así que hemos simplificado con la que tenía el súper más cercano de nuestro barrio. Recomendamos seguir las instrucciones del paquete para cuadrar mejor l cantidad de líquido y los tiempos de cocción, ya que pueden variar mucho de una marca a otra; la idea es que quede bien cremosa, casi como un puré de patatas muy suave y meloso. El queso es opcional; si se omite es un plato vegano.
Cocinar la polenta como se indique en el paquete, siguiendo las cantidades de volumen de caldo que marquen para obtener una textura muy cremosa. Ponerla con el caldo, la mantequilla y una pizca de sal y pimienta a cocer suavemente en un cazo, removiendo hasta que se disuelva la mantequilla. Mantener la cocción a fuego lento, removiendo de vez en cuando, añadiendo más caldo si hiciera falta.
Mientras cuece la polenta, cortar la cebolla en juliana fina y lavar los tomates, cortándolos por la mitad o en cuartos. Si se usa salvia fresca, lavar y secar bien. Las castañas ya deben estar cocidas o asadas y peladas. Calentar un poco de aceite en una sartén y cocinar la cebolla con un poco de sal hasta que se transparente, pero no se tueste.
Añadir los tomates, salpimentar y echar la salvia. Si no se tiene, se puede usar tomillo, romero o mezcla de hierbas provenzales. Saltear ligeramente a fuego vivo y echar las castañas, troceándolas un poco si fueran muy grandes. Saltear el conjunto hasta que las castañas se tuesten un poco.
Al final de la cocción de la polenta, añadir la mitad del queso azul y dejar que se funda. Aderezar con nuez moscada recién rallada o molida y servir bien caliente repartiéndola en platos. Repartir el ragú de castañas y acompañar con el queso sobrante para que cada comensal se sirva al gusto.
Con qué acompañar la polenta con ragú de castañas
Este plato de polenta vegetariano es muy completo, por lo que podemos servirlo perfectamente de plato único. Es apto para la cena si reducimos la cantidad de polenta, que puede ser demasiado saciante si acostumbramos a cenar tarde. En el menú del almuerzo la podemos acompañar de una sencilla ensalada de temporada y unas manzanas asadas de postre.
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