La empresa Aguinamar prueba suerte en el sector veggie con un producto que imita las anillas o calamares rebozados elaborado solo con ingredientes vegetales
Si la proteína de guisante es el nuevo paradigma de las carnes vegetales, el mundo marino presenta sus propios retos a la hora de veganizar alimentos tradicionales. Imitar la textura y el sabor de pescados y mariscos no es nada fácil, pero la industria tiene un filón por delante adaptando productos que ya son procesados de partida, como el atún de lata, el surimi o, como la novedad que nos ocupa hoy, los calamares a la romana tan típicos de bares y chiringuitos.
Los 'Aros de mar veganos' son el primer producto que inaugura la nueva línea Veggie de Aguinamar (Angulas Aguinaga), compañía especializada en productos del mar refrigerados como langostinos o mejillones, y a la que también pertenece Krissia, La Gula del Norte y el salmón ahumado Royal. Complementan así a los dos productos rebozados de la marca, aros a la romana y rabas, que se lanza a probar suerte en el segmento de la alimentación vegetal tan en auge en los últimos años.
Si llegan tarde o no a un mercado que casi nos da la impresión de empezar a estar saturado solo el tiempo lo dirá, aunque está claro que el llamado mundo veggie o plant based ha dejado ya de ser una mera tendencia. Como le ocurrió a las hamburguesas vegetales, el sector se está estabilizando reclamando su hueco en el lineal del supermercado común, y poco a poco dejan de ser excepciones curiosas para ser una opción más de compra para el consumidor.
Presentación y características
Los aros veganos de Aguinamar son un producto que entra en la categoría de alimentos procesados precocinados, como cualquier versión tradicional de las típicas anillas rebozadas o calamares a la romana que podemos encontrar en cualquier súper. En este caso se trata de un producto refrigerado, no congelado, presentado en las típicas bandejas de plástico reciclable con un fajín de cartón que identifica lo que es.
El envase pesa 210 g, con unas 14-15 unidades, y tiene una fecha de caducidad relativamente decente, de varias semanas, y tiene que mantenerse en refrigeración entre 0 y 4ºC, es decir, en la parte más fría de la nevera. En ningún lugar se indica o se deja de indicar que pueda o no congelarse, así que no lo recomendamos, por si acaso.
Ingredientes y composición nutricional
Dando la vuelta al envase leemos la obligatoria información de ingredientes y composición nutricional para descubrir de qué están hechos exactamente. No esperamos muchas sorpresas en el rebozado, que lógicamente será similar a cualquier rebozado industrial, con la salvedad de que no llevará huevo ni lácteos por ser vegano.
Ingredientes: 50% aro (agua, almidón modificado, aceites vegetales, fibra vegetal, almidón, gelificantes (konjac, E 526), aroma, azúcar, sal), rebozado (harina de trigo, agua, aceites vegetales, gasificantes [E 450, E 500], sal, dextrosa, azúcar, colorantes [carotenos]).
Los aceites vegetales pueden ser de girasol, oliva o nabina, información que se incluye en el lote; en este caso en ambos casos es de girasol. Además puede tener trazas de pescado, crustáceos, moluscos, huevo, soja y mostaza, cosa que no nos extraña ya que se realizarán en las mismas instalaciones que los demás productos de la marca. Están totalmente libres de leche o lactosa, pero no son aptos para celiacos.
En cuanto a la composición nutricional, tenemos:
Información nutricional |
por 100 g |
---|---|
VALOR ENERGÉTICO |
164 kcal |
grasas |
7,2 g |
de las cuales saturadas |
0,8 g |
hidratos de carbono |
22 g |
de los cuales azúcares |
1,4 g |
fibra alimentaria |
1,4 g |
proteínas |
2,1 g |
sal |
1,1 g |
Si los comparamos con aros de pescado rebozado, de calamar, pota o de surimi, comprobamos que son menos calóricos y también tienen considerablemente menos grasas, prácticamente sin grasas saturadas, pero también es reducido su aporte de proteínas, bastante escaso. La cantidad de sal se puede quedar en aceptable, aunque sería conveniente que estuviera por debajo del gramo. Los carbohidratos son los usuales en un alimento rebozado de este tipo.
Hay que destacar a su favor que el primer componente sea el relleno de proteína vegetal, aunque al estar al 50% con el rebozado la marca puede situarlo antes en el listado de ingredientes. No son pocas las empresas de productos marinos que tienen más rebozado que relleno, en esta versión vegetal el ratio es adecuado.
Un relleno a base de konjac
Empresas que ya han lanzando sus versiones vegetales de gambas, calamares y langostinos, hasta ahora en un nicho de mercado muy reducido, han optado por crear sucedáneos a base de proteínas como el trigo, el guisante y la soja combinadas con algas y otros ingredientes, pero Aguinamar recurre al konjac.
La fórmula para ese relleno es resultado de una colaboración con Vrave, antes Grin Grin Foods, empresa especializada en productos de origen vegetal. El konjac llegó a España hace ya años aunque sigue siendo poco conocido, popularizado más como producto para adelgazar ya que se llama la 'pasta sin calorías'.
En realidad es un tubérculo de origen asiático (Amorphophallus konjac) cuya raíz se transforma para elaborar alimentos procesados con forma de fideos o tallarines, una especie de pasta muy gelatinosa, elástica, blanquecina, compuesta casi totalmente por fibra vegetal (glucomanano). Su textura y aspecto realmente recuerda a la carne del calamar o de la pota, por lo que no era una idea nada descabellada emplearlo como materia prima para lanzar una versión vegetal del cefalópodo a la romana.
Preparación y degustación
Al ser un producto precocinado su elaboración es rápida y sencilla. La marca nos da tres opciones: al horno con aire, en freidora de aire o fritos en sartén o freidora con abundante aceite. No tenemos airfryer en casa y no teníamos pensado hornear nada más, así que optamos por la sartén de toda la vida. Además, intuimos que así quedarían mucho mejor y más fieles a las anillas de calamar rebozadas de siempre.
Se nos indica que basta un minuto para su fritura, aunque los hemos dejado un pelín más para que cogieran un buen tono dorado y textura crujiente sin llegar a pasarse. La clave para que queden bien es la misma que con cualquier fritura: buen aceite de oliva virgen limpio, temperatura alta constante sin llegar al punto de humo y espacio suficiente para que los aros se sumerjan por completo y puedan moverse bien.
Escurridos ligeramente sobre papel de cocina ya estaban listos en muy pocos minutos y preparados para la cata, que en nuestro caso ha ido acompañada de mayonesa y, obviamente, limón. Este último no es negociable.
¿Están ricos? Sí. ¿Son una maravilla deliciosa? No, ni tampoco lo esperábamos, como tampoco pretendemos que unos calamares rebozados corrientes precocinados sean un lujo gourmet. Tienen el sabor justo a calamar de calidad media-baja típica de estos productos, imitando perfectamente el sabor marino del cefalópodo y con un rebozado sabroso, que no queda aceitoso ni resulta mazacote, que además mantiene su ligereza crujiente hasta varios minutos después de salir de la sartén.
En conclusión
Los aros rebozados veganos de Aguinamar cumplen con el objetivo que prometen: ofrecer una versión 100 % vegetal de los típicos calamares a la romana o aros marineros rebozados. Imitan bien el sabor y la textura, son fáciles de cocinar y no resultan nada pesados si se preparan correctamente. Perfectos para una cena sencilla, un picoteo o para compartir de aperitivo sin más pretensiones.
Hemos probado tapas de calamares a la romana o a la andaluza mucho peores en bares y chiringuitos, con rebozados infames que caían como una piedra al estómago y rellenos casi anecdóticos o, casi peor, chiclosos e inmasticables. Estos aros apostamos que podrías colárselos a familiares y amigos sin que se dieran cuenta de que son vegetales.
El precio es por el momento su gran punto flaco, pues en Carrefour, una de las cadenas de supermercados que ya lo tienen a la venta, cuesta el paquete de 210 g 4,40 euros (20,95 euros el kilo). Y quizá a las personas que sigan un estilo de vida vegano no les hará mucha gracia tener que buscarlos en la misma sección que se exhiban productos animales.
Suponemos que es el primer lanzamiento de otros similares tanto de la marca Aguinamar como de otras compañías que quieran expandir su catálogo marinero hacia el sector vegetal, aunque dependerá de cómo sea recibido por el público.
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