Cinco minutos más para la cuenta atrás… Un soniquete de uno de enero te trastorna tras haber pasado Nochevieja acostándote tarde y mal, o, en el mejor de los casos, acostándote tarde.
Si eres de los que está hecho 'Cachitos' el día uno de enero, tenemos la solución a parte de tus problemas si hablamos de comer con esta receta imprescindible que, además de fácil y sabrosa, puedes hacer el día antes.
Si eres también de los que no está precisamente para mucha marcha (Radetzky) ni para soportar a Johan Strauss, sigue leyendo, porque con un poco de tiempo, cariño y paciencia tendrías la receta que te pueda levantar la resaca de Año Nuevo.
La ciencia detrás de una sopa de cebolla es poquita. Corta varias cebollas en plumas finas y las doras –no quemes– en el fondo de una cazuela con aceite de oliva o con mantequilla. Cuando estén listas, añades un caldo de verduras o un caldo de pollo. También las puedes hacer simplemente con agua, así que eso queda a tu elección.
Otra buena opción es darle un toque de vino blanco, que deberás integrar cuando se estén pochando las cebollas. Al gusto, como decimos, el grado de pochado que quieras, pero insistimos en que no se quemen, pues dan sabor amargo.
Con esta base resuelta, solo tienes que dejar que todo cueza con calma una horita, hasta que la sopa de cebolla esté más que resuelta. Al día siguiente, lo único que tienes que hacer para rematar la sopa es cortar rodajas de pan y colocarlas sobre los cuencos rellenos de sopa, agregando un poco de queso rallado y dándole un toque de horno para que el queso funda, se gratine y la sopa quede bien calentita.
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