Un tamagoyaki (卵焼き literalmente huevo asado) es una elaboración japonesa a base de huevo que podríamos llamar tortilla -para simplificar el asunto y entendernos mejor-. Junto con el arroz blanco y el caldo dashi conforma el desayuno tradicional de Japón. Aunque también se sirve con algunas piezas de sushi, sobre los nigiri o dentro de los temaki, por ejemplo.
Además de por su peculiar forma, el tamagoyaki se caracteriza por un sabor ligeramente dulzón y un umami insuperable que se obtiene de agregar los siguientes ingredientes (o algunos de ellos): caldo dashi, mirim, sake, azúcar, sal y salsa de soja al huevo batido. Tradicionalmente la mezcla se cuaja en una sartén rectangular, pero con una redonda se puede obtener un resultado más que digno. Te cuento cómo se hace.
Semi batimos los huevos en un bol y agregamos el agua, el caldo dashi, la sal, el azúcar, el mirim y el sake. Removemos de nuevo para incorporar todos los ingredientes, especialmente el azúcar que es lo que más tardará en integrarse a la mezcla. Es importante no pasarse con el batido porque no hay que incorporar aire al huevo.
Calentamos a fuego medio una sartén antiadherente y agregamos el aceite. Lo extendemos por toda la superficie y retiramos el sobrante a un pequeño bol. Agregamos 1/4 de la mezcla de huevo a la sartén y la movemos desde el mango para que esparza bien por toda la base. Cuando empiece a cuajar, pero aún esté jugosa la superficie, doblamos un poco de cada extremo derecho e izquierdo hacia el centro. Después enrollamos el huevo desde el extremo más alejado hasta el más cercano, hasta formar un cilindro.
Repetimos esta operación tres veces más. Engrasamos de nuevo la sartén, sin excedernos, y colocamos la tortilla en el extremo más alejado. Removemos de nuevo la mezcla de huevo y vertemos otro 1/4 en la sartén. Levantamos un poco la tortilla que ya tenemos hecha para que también llegue parte de la mezcla por debajo. Cuando el huevo esté casi cuajado doblamos ligeramente los extremos derecho e izquierdo hacia el centro y, después, enrollamos la tortilla desde el extremo más alejado hasta el más cercano a nosotros, formando un cilindro más grueso.
Cuando el tamagoyaki esté listo lo transferimos con sumo cuidado a un plato con papel de cocina y lo envolvemos en él. Con este gesto conseguimos dos cosas, mantenerlo jugoso mientras se atempera y darle un poco más de forma. Después de unos minutos podemos cortarlo en piezas de un centímetro de grosor aproximadamente y listo para servir.
Con qué acompañar el tamagoyaki o tortilla enrollada japonesa
En Japón acompañan el tamagoyaki de arroz blanco y caldo dashi, ese es su desayuno tradicional. También lo usan con piezas de sushi, ya sea para cubrirlas o para rellenarlas. En cualquier caso, si lo quieres consumir al estilo occidental, prepara una ensalada a tu gusto y con ello tendrás lista una cena o un almuerzo ligero absolutamente delicioso.
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