La salsa para calçots, es un acompañamiento imprescindible en cualquier calçotada. Su sabor dulce y ahumado hace el complemento perfecto. Una buena capa de salsa realzará el sabor del calçot y en mi experiencia, dejándolo unos segundos para que se empape bien es la clave del éxito.
Prima hermana de la salsa romesco, la salsa de calçots tradicionalmente se elabora con ñora, un pimiento seco de sabor dulce y ahumado. Mientras que el romesco suele lleva un ingrediente extra como el pimiento choricero, para un sabor ligeramente picante.
Hidratar la ñora en un cuenco con agua caliente durante al menos 30 minutos para que se rehidrate y sea más fácil de trabajar.
Encender el horno a 200°C. Colocar los tomates y los dientes de ajo en una bandeja y asar durante unos 15 a 20 minutos, o hasta que los tomates estén blandos y la piel se desprenda fácilmente.
Retirar la piel de los tomates y los ajos asados. Escurrir la ñora y retirar las semillas. Cortar el pan duro y rociar con el vinagre de manzana para hidratar. En un recipiente, volcar los tomates asados sin piel, el ajo cocido, la pulpa de la ñora, las almendras y sal y pimienta al gusto. Condimentar con la cucharadita de pimentón dulce. Verter el aceite de oliva virgen extra lentamente y triturar con una batidora de mano para emulsionar y tener una salsa integrada y rojiza y con la textura deseada.
Si resulta demasiado espesa, añadir un poco más de aceite o agua para aligerar.
Con qué acompañar la salsa para calçots
Es indiscutible que los calçots al horno hacen un matrimonio perfecto, pero sus usos pueden ir más allá. Se pueden mezclar unas cucharadas de la salsa con pasta cocida para una salsa rápida y deliciosa, o bien para untar sándwiches de verduras y bocadillos de ternera con salteado de pimiento, cebolla y mozzarella, queda bien sabroso.
En DAP | Cómo hacer salsa brava En DAP | Salsa de tomate casera