En nuestro afán por convencer a las almas descarriadas de que las coles pueden ser una exquisitez suprema, traemos en esta ocasión una receta facilona la mar de saludable y sabrosa. Este salteado de coles de Bruselas con nueces y limón poco tiene que ver con los hervidos tristes y olores poco agradables, y su única dificultad reside en separar las hojas de cada pieza, tarea que podemos acelerar a base de cuchillo.
La clave del plato está en las texturas, pues las coles se pasan ligeramente por la sartén a alta temperatura, dejando las hojas algo churruscadas y, sobre todo, aún crujientes. Las nueces potencian ese efecto sin ser tan crocantes como otros frutos secos, y el siempre agradecido limón pone ese frescor cítrico tan agradable que unifica el conjunto con armonía.
Retirar las posibles hojas feas o dañadas más exteriores de las coles. Con un cuchillo tipo puntilla afilado, cortar la base y parte del tronco central (siempre desde abajo). Separar las hojas hasta llegar al corazón más prieta, y cortar este en juliana fina o trocear. Lavar y escurrir todas las hojas.
Abrir las nueces si se usan con cáscara, y separar la cantidad indicada o al gusto. Tostarlas ligeramente en una sartén sin aceite y picarlas a cuchillo. Lavar bien el limón.
Calentar una cucharada de aceite en una sartén amplia antiadherente, o un wok, y saltear las coles a temperatura media-alta, sin dejar de remover, unos cuatro minutos, o hasta que se empiecen a tostar pero sigan brillantes. Si no caben (hay que evitar sobrecargar el espacio), trabajar en tandas.
Salpimentar una vez cocinada cada tanda y disponer en una fuente. Añadir la ralladura de la piel del limón, fina y sin parte blanca, y exprimir el zumo encima. Agregar las nueces, aliñar con un poco de aceite de calabaza, nueces, sésamo o un buen oliva virgen extra, y dar otro golpe de pimienta.
Con qué acompañar el salteado de coles de Bruselas
Si las vamos a servir de guarnición, este salteado de coles de Bruselas puede acompañar perfectamente cualquier receta de carne o pescados, por ejemplo un chuletón, un pollo asado o algún pescado al horno, como el bacalao. Al ser una verdura saciante, podríamos tomarlo perfectamente como plato único para cenar si buscamos una cena saludable, o combinado con arroz integral o unas legumbres cocidas para convertirlo en un almuerzo más completo.
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