Una de las cosas que más nos gusta del verano es la variedad de frutas y verduras que ofrecen las huertas estos meses y, de entre todas ellas, la posibilidad de encontrar tomates con sabor. Por eso aprovechamos estos meses para preparar con ellos cantidad de recetas, entre las que hoy contamos con una más: tarta salada de queso ricotta y tomate.
Una maravilla que nos ha enganchado por muchas razones. Porque es fácil y rápida de preparar, no requiere de ingredientes extraños ni de artilugios imposibles y nos permite saborear a lo grande los tomates de temporada. Esta tarta salada de queso ricotta y tomate puede conseguir que hasta los menos aficionados a este fruto caigan rendidos a sus pies. ¿Apostamos?
En un recipiente hondo mezclamos el queso ricotta con el huevo, la mitad del queso Parmesano rallado (reservamos la otra mitad para la base), los dos dientes de ajo pelados y rallados, las hojas de ocho ramas de tomillo, las escamas de pimentón (podéis prescindir de ellas si no las encontráis) y sal al gusto. Removemos bien hasta obtener una pasta homogénea.
Preparamos la base de la tarta sobre una bandeja de horno untada con mantequilla o cubierta con papel vegetal. Colocamos la primera lámina de masa filo, pincelamos con mantequilla fundida por toda la superficie y espolvoreamos con un poco del queso Parmesano rallado que tenemos reservado. Colocamos una segunda lámina de masa, untamos con mantequilla y espolvoreamos con queso. Repetimos la operación hasta terminar con una lámina de masa filo.
Extendemos la pasta de queso por encima, sin llegar a los extremos. Cubrimos con los tomates laminados por toda la superficie, combinando colores, tipos y tamaños para aportar variedad: Cocemos en el horno, precalentado a 200º C, durante 20 minutos o hasta que la masa filo adquiera un todo dorado. Retiramos y espolvoreamos con las hojas del tomillo restante y un poco más de queso Parmesano rallado. Servimos inmediatamente.
Con qué acompañar la tarta salada de queso ricotta y tomate
Esta tarta salada de queso ricotta y tomate es una gran excusa para llamar a unos cuantos amigos y montar un picoteo de verano. Es una de las mejores maneras que hay de disfrutar del tomate en plena temporada. Acompañadla de una ensalada de hojas verdes, otros bocados de picoteo y unas bebidas bien frescas.