Son hojas que habitualmente se desechan, pero son comestibles y muy saludables
En algún momento de la historia se fijó como mantra que el plátano es una gran fuente de potasio. Sin ser mentira, lo cierto es que no es el alimento más rico en este mineral, que ejerce importantes funciones en el organismo, no solo para prevenir calambres. Si te interesa incrementar tu ingesta de potasio sin sumar demasiados carbohidratos o calorías a tu dieta, busca mejor en la sección de verduras y hortalizas, porque las hojas de la remolacha te están esperando con los brazos abiertos.
Nunca es mal momento para animar a todo el mundo a probar a cocinar remolachas crudas en casa y no recurrir siempre a la versión en conserva. Quedan exquisitas asadas al horno o guisadas, por ejemplo, y comprándolas al natural nos llevamos un dos por uno a casa con sus valiosas hojas, también comestibles.
A menudo se cortan y desprecian como si fueran un desecho inservible o comida de cerdos, pero las hojas y tallos de las remolachas son una joya nutricional y gastronómica ideal para aprovechar en los meses más fríos. Y encima barata, que nunca viene mal ahorrar un poco o desperdiciar menos alimentos en la cocina.
Las hojas de la remolacha son de un vistoso color verde con su tallo rojizo -en las variedades rojas-, más brillantes y bonitas cuanto más frescas y jóvenes sean. Son de la misma familia de las acelgas, verdura de la que sí nos comemos más tradicionalmente las hojas, y con un sabor similar pero con matices propios, más terroso, con toques dulzones y ligeramente amargos, pero suaves. Se pueden comer crudas o cocinadas, aunque siempre es recomendable no hacerlas demasiado para conservar tanto su sabor y color como propiedades.
Y entre esas propiedades llama la atención la cantidad de micronutrientes que aportan, con unos 762 mg de potasio por cada 100 g de porción comestible; para hacernos una idea, el plátano aporta, de media, entre 325-360 mg en ejemplares no muy maduros. También son una buena fuente de hierro, calcio y proteínas vegetales, ricas en antioxidantes, vitamina A o carotenos, magnesio, y fibra, siendo un vegetal con un bajo contenido calórico y muy pocos carbohidratos.
Puedes añadir las hojas de remolacha a ensaladas, especialmente las más tiernas, o las puedes escaldar brevemente o saltear solas o con otras verduras. Se pueden triturar para hacer batidos o tomar en guisos y potajes de legumbres, como ingrediente de sopas o cremas de verduras, en revueltos, tortillas, etc. Básicamente, funcionan en la cocina como las espinacas y las acelgas.
Imagen | Simon Huntley
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