Las verduras quedan estupendas en la freidora de aire, pero las puedes arruinar si cometes este error

Cocinar con una freidora de aire no solo permite imitar una fritura con casi nada de aire; es facilísimo, rápido y cómodo. Si no quieres complicarte con recetas más elaboradas, lo más fácil es cocinar verduras en la airfryer para apañarte cualquier comida en un periquete, un recurso especialmente útil para solucionar la guarnición incluso en un menú de fiesta. En los aderezos estará el toque final, pero aquí no entra la máxima de que el orden de los factores no altera el producto.

Porque, más allá de nuestras recetas de verduras en freidora de aire más elaboradas, que pueden ser comidas completas en sí mismas, es muy sencillo pelar, cortar, trocear, picar, laminar o lo que pida cada verdura, y simplemente dejar que la máquina las cocine el tiempo necesario, que no suele pasar de 20 minutos. El error que puede estropearlas es añadir otros ingredientes antes de la cocción.

Si sueles cocinar pizza en casa sabrás bien a qué os referimos: hay aderezos que se queman con una facilidad pasmosa. Por eso los embutidos más delicados y la albahaca fresca se añaden a la pizza al salir del horno, nunca jamás antes. Lo mismo pasa con muchas especias, hierbas aromáticas y algunas salsas y vinagretas cuando las sometemos a la potencia de la freidora de aire.

Porque este aparato imita al horno cocinando con muchísima más potencia casi de golpe y concentra más el calor. Las hierbas frescas se churruscarán y las especias molidas tienden a quemarse, perderán toda la gracia y encima dejarán un regusto amargo o, peor, a carbón en tus ricas verduras. Sobre todo si has añadido un poco de aceite a las mismas.

Lo mejor, por tanto, es preparar las verduras como necesites -por ejemplo, pelando y troceando en cubos una calabaza-, aderezarlas con un poco de aceite de oliva y sal, y cocinarlas en la airfryer hasta que estén en su punto. Y, justo al salir de la freidora, agrega la mezcla de especias que te guste, perejil, cilantro, cebollino o tomillo picados, una salsa de yogur o una vinagreta de mostaza y miel, ralladura de limón, etc.

Una opción intermedia es echar estos aderezos en la segunda mitad del tiempo de cocción de las verduras, aunque igual necesitas algo de práctica para dar con el punto en el que no se quemarán.

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