Esta proteína no hace muuu. Recuperamos la tradición. Somos plant based. Todos nuestros productos se elaboran en Galicia. Son los principios que engloban el espíritu audaz de Vanetta Food.
De la mano de sus fundadores Águeda Ubeira y Manuel Vila, Vanetta comenzó como un foodtruck devenido en empresa de producción y comercialización de productos que se especializa en carne vegana inspirada en recetas tradicionales gallegas. El nombre “Van” que en inglés es furgoneta, hace referencia a sus orígenes.
"En relación con la elección de los productos, Vanetta Food lo que pretende es democratizar la alimentación dando valor a la cultura gastronómica regional, lo que lo diferencia claramente de otras empresas de la industria de productos vegetales que fabrican productos tales como hamburguesas, nuggets, salchichas" confirma Águeda con orgullo.
Utilizando principalmente la proteína de soja y otras proteínas vegetales como la de guisante, garbanzo y trigo, estas se someten a un proceso de elaboración innovador que consta de tres etapas.
1) Preparación de materia prima: se obtiene la base del producto mediante la extrusión a baja humedad de proteína vegetal, lo que crea una textura adecuada similar a la de la carne.
2) Transformación: esta proteína se somete a un proceso de hidratación por ósmosis, que asegura una absorción uniforme de agua, mejorando la textura y preparación del producto.
3) Apariencia y sabor: se enfoca en mejorar la vida útil y perfeccionar las cualidades organolépticas como sabor, aroma y textura de cada pieza.
Sus productos son una alternativa para el público vegano, vegetariano y flexitariano, y hasta carnívoro, ya que que nada tiene que envidiar a la carne tradicional, manteniendo un enfoque en la calidad y la sostenibilidad. Proponen un canal de venta B2B2C, es decir que venden sus productos a empresas que venden al consumidor final además de la compra directa a través de su página web.
Actualmente cuentan con tres productos estelares: lonjas de seitán sabor lomo adobado, piezas de seitán estilo cachopo asturiano rebozado y bocados de soja al estilo zorza gallega.
Voy a ser honesta, nunca he hecho (ni he probado) antes zorza. Esta es mi primera vez. Por lo que será un descubrimiento para mi y una grata manera de conocer la tradición gastronómica de Galicia.
Tras una investigación de su origen, la zorza gallega es un picadillo que se hace con la carne con la cual se rellenan los chorizos. Es un plato conocido también con otros nombres como jijas o moraga. Es carne, generalmente de cerdo, picada y adobada, fundamentalmente con pimentón dulce y picante, ajo, sal, orégano, laurel y vino o agua. Un plato con carácter.
Para su elaboración, la carne deberá permanecer durante 24 horas adobada con ajo, pimentón dulce, pimentón picante, orégano, aceite de oliva y sal. Pasado este tiempo, se fríe en una sartén, a fuego medio, para que tome un color dorado. Y si bien, a día de hoy está muy extendida y se consume habitualmente, la zorza en Galicia era la carne de la matanza, y solo se consumía en fechas muy señaladas como el carnaval y el San Martiño.
Como dicta la tradición, se sirve a menudo con pan o como parte de una tapa. Se sirve caliente, acompañado de unas patatas cocidas y se les puede añadir también un huevo frito. Es un plato que refleja la rica cultura gastronómica de la región y su conexión con la tierra y los productos frescos.
La elección del rosa opaco en el pack, no creo que haya sido casual, sino más bien responde al color de los cerdos, que si bien puede ser muchos colores, se asocia al rosa con manchas negras. Es un diseño llamativo y atractivo de ver. Envasado al vacío y en caja de papel reciclable, anuncia que contiene "SOJA estilo ZORZA GALLEGA" y con un guiño de simpatía al consumidor, recomienda un consumo responsable.
La lista de ingredientes es precisa y se reduce a cinco: agua, harina de soja desgrasada, aceite de oliva, cerveza sin gluten (agua, malta de cebada, maíz y lúpulo), ajo, sal y especias. Anuncia que puede tener trazas de gluten por lo que no resulta apto para celiacos. Apto para guardar en el congelador, es un producto que se debe conservar entre los 0 ºC y 4ºC. Una vez abierto, se debe consumir en un plazo de dos días.
La tabla nutricional informa cada 100 gr, un aporte de 284 calorías, 19.9 gr de grasas y 7.1 g de carbohidratos, de los cuales 2.2 gr son azúcares. Bajo en sal y alto en proteínas, ronda los 16.6 g por porción. Con un pesaje de 400 gr, cada caja rinde de dos a tres porciones, en el caso de tener otros acompañamientos.
La preparación es simple e intuitiva. Freír en una sartén o plancha durante 5 minutos a fuego medio hasta que las piezas tomen color: ese color rojizo tan característico. Se aclara que "este producto debe ser cocinado en su totalidad para su consumo", una aclaración que resulta un tanto peculiar. Si consideramos que los bocados ya están cocidos, el efecto de la sartén o plancha, es solo un golpe de calor. No liberan grasa ni aceite mientras se cocinan.
El sabor es robusto y sabroso. Teniendo en cuenta la preparación original con carne de cerdo animal, hay un buen equilibrio entre el ajo y el pimentón, para potenciar el sabor de la soja en su justa medida. El pimentón, que es uno de los ingredientes clave, le da un toque ahumado y ligeramente dulce. Mientras que el ajo y la pimienta aportan el dejo picante y aromático, equilibrando la riqueza anterior. Las especias entre si, no compiten, ni tampoco un predominio, están en armonía.
Sobre la textura, es tierna y se mastica bien. No diría que es particularmente jugosa ni grasosa. Al estar en trozos o desmenuzada, es fácil para picar y degustar. Por su carácter magro, el componente de grasa va de la mano del aceite de oliva e intuyo que la cerveza cumple un rol de unión en el adobo. ¿El resultado? Un bocado más que satisfactorio y atractivo para alguien que está probando por primera vez una parte de la tradición de Galicia.
Imagen | Vanetta
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