El castillo de Peñafiel lleva siendo testigo mudo del inconformismo de la familia Ruiz, propietaria de la bodega Pago de Carraovejas, un vino que nació con la intención de convertirse en 'vino de la casa' y que ahora es el epicentro de un emporio con media docena de marcas.
A ello se suma Ambivium, el flamante estrella Michelin que este 2022 cumple cinco años, y el icónico Mesón José María, templo de la cocina segoviana y del cochinillo, que ha permitido construir este legado a orillas del Duero que hoy cumple años.
Como es lógico, en una casa donde el vino es santo y seña, aquí los brindis están más que merecidos y no se soplan velas, sino bodegas. Por este motivo y con la intención de ir más allá de la estrella, Ambivium redobla su esfuerzo enológico con la nueva bodega.
La casa de las 7.500 botellas
Con una capacidad para más de 7.500 referencias y con un diseño que haría palidecer a algunas tiendas de moda, el restaurante vallisoletano lleva años convirtiendo al vino en protagonista, pero ahora quieren que la experiencia sea más inmersiva que nunca.
Ribera del Duero, Rioja, Loira, Burdeos, Champagne, Jura… Las grandes zonas del vino, incluidas cosechas históricas y casas icónicas, están plasmadas en una carta de vinos que está en constante crecimiento que además quieren incluir dentro del propio recorrido por el restaurante.
Distribuida en dos plantas, la nueva cava de Ambivium apuesta por el diseño y la funcionalidad a partes iguales, convirtiéndose en una suerte de museo vivo, casi como un laberinto, en el que los comensales verán de primera mano las joyas que aquí se guardan, algunas de valor incalculable.
Tanto es así que incluso el arte cabe entre sus paredes. Esculturas del artista Julio Galán, simbolizando diversas zonas del vino, o la propia concepción del espacio, creado a coro por el estudio de diseño Proyectos de Alma, Escribano Design y Creaciones El Pollo, demuestran la concepción integradora, plagada de madera y cristal, de este espacio para que las botellas descansen.
Con la propuesta, comandada en lo gastronómico por Cristóbal Muñoz, en la dirección de sala por José María Pineda, con Manu Gimeno como jefe de sala, y en la sumillería por Laura Rodríguez y Marco Brocani, de la mano de Pedro Ruiz Aragoneses, CEO de Alma Carraovejas, busca ser el gran faro de Ribera del Duero en lo enológico y culinario.
Imágenes | Ambivium
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