La cafeína del café no es la única responsable de que esta bebida tenga efectos estimulantes y saludables, pero sin duda es la más importante. Esta molécula sigue siendo la razón por la que millones de personas permanecen fiel a su café cada mañana, aunque muchos consumidores se han pasado a las bebidas energéticas para conseguir ese chute de vigor que prometen los nuevos refrescos de moda.
El aumento descontrolado de su consumo, especialmente entre la población más joven, preocupa cada vez más a los profesionales sanitarios y autoridades, alertando de los riesgos que tienen entre los niños y adolescentes, y de su abuso en la población adulta. Detrás de un nombre llamativo y un diseño moderno y juvenil pueden esconderse grandes cantidades de cafeína de las que no somos conscientes.
Lo más fácil para hacernos una idea de lo que llevan estos pretendidos refrescos es compararlos con la bebida que sí nos resulta más común y cercana, el propio café. Si parece que no entendemos el tamaño de algo salvo que nos indican a cuántos campos de fútbol equivale, podemos aplicar la misma regla a tazas de café como medida.
No es tan fácil calcularlo
Sentimos recordar que no es tan sencillo. Calcular cuánta cafeína tiene exactamente una taza de café es prácticamente imposible, porque depende de muchos, muchísimos factores y variables.
Desde el tipo de grano y su origen pasando por el grado de tueste, el grosor de molido, la técnica de preparación, el tiempo de extracción, la proporción de café y volumen de agua... todo influye en la cantidad de cafeína final, y no precisamente de forma imperceptible. Por ejemplo, el café robusta tiene más cafeína que el arábica, y tendrá aún más si el grado de tueste es mayor.
La cosa se complica además al hablar de "taza de café". Cada país, cada región y hasta cada local o barista tiene sus medidas propias de los distintos tipos de café. Pide un espresso en Italia y compáralo con el del Bar Paco de tu barrio, por ejemplo. O un café solo español con el alemán.
A pesar de ello, para intentar facilitar las cosas, expertos y autoridades han calculado la cantidad aproximada de cafeína que suelen tener, de media, las principales elaboraciones de esta bebida:
- Espresso canónico italiano (30-40 ml): 47-75 mg.
- Espresso o café solo común (50-60 ml): 80-100 mg.
- Café de filtro (100-200 ml): 75-200 mg; la media de la EFSA es de 113 mg.
- Café americano (354 ml): 154 mg.
- Café instantáneo (236 ml): 57 mg.
A cuántos cafés equivalen las bebidas energéticas
Con estos datos presentes, podemos calcular la cantidad aproximada de tazas de café a las que equivalen algunas de las bebidas energéticas más consumidas:
- Red Bull (250 ml): 80 mg de cafeína, un café.
- Monster Energy (500 ml): 160 mg de cafeína, unos dos cafés.
- Burn (500 ml): 160 mg de cafeína, unos dos cafés.
- Energy Drink Hacendado (250 ml): 80 mg de cafeína, un café.
- Furious Energy drink Mercadona (500 ml): 160 mg de cafeína, unos dos cafés.
- Rockstar (500 ml): 155 mg de cafeína, casi dos cafés.
- Eneryeti (500 ml): 120 mg de cafeína, un café y medio o dos espressos.
- Rodeo (250 ml): 80 mg de cafeína, un café.
Hay que recordar que, además, estas bebidas carecen de las propiedades saludables demostradas por la ciencia que tiene el café, y que además contienen una gran cantidad de azúcares o edulcorantes. Su abuso, y más entre la población joven, puede puede provocar alteraciones del comportamiento, problemas cardiovasculares y neurológicos, entre otros efectos, y puede causar adicción.
La EFSA determina que una persona adulta sana puede tomar de forma saludable hasta 200 mg de cafeína por cada ingesta, unos 3 mg por cada kilo de peso. Hasta 400 mg de cafeína al día se considera un consumo seguro en adultos, excepto en embarazadas, que debería ser de un máximo de 200 mg al día.
Fotos | Jorge Franganillo - engin akyurt - thom masat/Unsplash - Freepik
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