Me gusta mucho la comida de colores llamativos que consiguen su viveza de forma natural, y uno de mis favoritos es el naranja. No sólo por la belleza de sus tonos, sino porque muchos de mis alimentos predilectos son de color anaranjado, como las naranjas y mandarinas, la calabaza, las zanahorias o el boniato. En casa siempre hemos disfrutado de un abastacimiento constante de frutas cítricas gracias a los huertos familiares, por lo que yo daba rienda suelta a mi pasión por ellas sin ninguna medida. Hasta que un día me dí cuenta de que mi piel se había vuelto ligeramente naranja, tenía carotenemia.
Como soy blanca de piel, probablemente nunca me habría dado cuenta yo sola. Fue en la consulta de un médico, en la que estaba por otros motivos que no vienen al caso, cuando de repente se me quedó mirando, me cogió las palmas de las manos y me preguntó: "¿Comes muchas naranjas?". Sorprendida, asentí. "Pues frena un poco porque te estás volviendo naranja". Y es que, efectivamente, un exceso de ingesta de betacarotenos también puede ser perjudicial.
Desde hace unos años ha aumentado la difusión de mensajes publicitarios que nos incitan a tomar carotenos para mejorar la piel, y sobre todo durante la época veraniega para potenciar y alargar el ansiado bronceado. Los carotenos son pigmentos vegetales que cuando son ingeridos el organismo los transforma y asimila en forma de vitamina A. Son antioxidantes y tienen propiedades beneficiosas para la piel y la vista, entre otras.
Las mayores fuentes de betacarotenos residen de forma natural en alimentos con colores naranjas, rojizos y amarillos, y también muchos vegetales verdes donde la clorofila enmascara los otros colores, como las espinacas o los berros. Siguiendo una dieta variada y rica en verduras y frutas se cubren de forma natural las necesidades básicas de nuestro cuerpo en cuanto a vitaminas, pero a veces podemos olvidar que cualquier exceso, también en el mundo vegetal, puede ser perjudicial.
Una forma de ingerir sustancias de forma excesiva es caer en el mensaje que nos vende la publicidad cuando nos intentan convencer de tomar suplementos de vitaminas y minerales. Los venden como complementos de la dieta, es la llamada nutricosmética, demasiado de moda últimamente. Hay que tener mucho cuidado a la hora de tomar suplementos, pues la mayoría de las veces suelen ser muy caros e innecesarios
Muchas de las sustancias que publicitan como beneficiosas no tienen ningún efecto reconocido por la EFSA, o si los tienen los podemos encontrar de forma natural - y más barata - en alimentos de la dieta habitual. Recomiendo al respecto de este tema el reciente artículo del Doctor en Ciencias Químicas José Manuel López Nicolás, investigador en el campo de la Nutrición y la Ciencia y Tecnología de los Alimentos.
En mi caso particular no hizo falta recurrir a ningún suplemento en forma de pastilla para exceder el consumo de carotenos, sólo mi pasión - algo desmedida - por ciertas frutas y verduras. La carotenemia es una alteración de la pigmentación de la piel producida por un exceso de betacarotenos en el organismo. No te conviertes en una zanahoria con piernas, pero sí que es verdad que se nota el tono anaranjado, sobre todo en la palma de las manos y piel. Si se tiene la piel muy pálida, como yo, el efecto es algo más llamativo ya que se adquiere un aspecto algo enfermizo.
En realidad los efectos de la carotenemia son puramente estéticos y no deberían alarmarnos, pues desaparecen en cuanto se corrige la dieta. Pero sí que es una llamada de atención para que vigilemos un poco más nuestra ingesta de determinados nutrientes, ya que si el exceso de carotenos continúa y aumenta, sí que podría manifestarse en problemas de salud. Todos los excesos pueden ser perjudiciales, incluso en cuestión de vitaminas.
Si creéis que tomáis demasiados vegetales ricos en carotenos, tanto los de color naranja como los amarillos, rojos y ciertos verdes, prestad atención a las palmas de vuestras manos en busca de tonos anaranjados por si se manifestaran los efectos de la carotenemia. En cualquier caso, no os dejéis engañar por complementos nutricionales milagrosos, y recordad que la clave de una buena salud suele estar siempre en una dieta variada y equilibrada.
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