Cuando leí esta noticia, “El Estudio Avena dice que el consumo moderado de bebidas refrescante no provoca obesidad” lo primero que me paso por la cabeza fue alegrarme, ya le podía decir a mi madre, que no pasaba nada si tomaba un refresco de coca durante las comidas, ya que cada vez que me ve con una lata en la mano me regaña y me dice que beba agua.
Lo segundo fue investigar que era eso del “Estudio Avena” y descubrir que parecía muy interesante, es un proyecto financiado por el Fondo de Investigaciones Sanitarias y, que AVENA son las siglas de “Alimentación y Valoración del Estado Nutricional en Adolescentes” y, que están trabajando e investigando gente realmente muy profesional.
Su objetivo es evaluar el estado de salud así como la situación nutricional y metabólica de una muestra representativa de adolescentes españoles para tres tipos específicos de patologías como son obesidad, anorexia nervosa/bulimia, dislipidemia.
Después de saber todo eso, la noticia tuvo para mí interés, más allá del puramente anecdótico.
Ahora se sabe que consumir moderadamente refrescos no provoca obesidad, en contra de lo que dicen otros estudios similares realizados en Estados Unidos, esta diferencia de opinión entre ambos estudios es a causa de que la ingesta media en Estados Unidos de refrescos era el doble que en España.
Los responsables del Estudio Avena afirman que el refresco no es significativo, que lo realmente importante es que;
“el abordaje de un patrón dietario es más conveniente para investigar la asociación entre la dieta y la obesidad, sin olvidar en ningún momento el nivel de actividad física”
“no sólo los patrones dietarios son importantes, sino que también lo son los hábitos alimentarios y de sedentarismo”
“La mayoría de estudios sugieren que el efecto del consumo de refrescos sobre un eventual aumento de peso es pequeño salvo en personas propensas a ganar peso o que tengan altos niveles de consumo”
Como siempre la clave esta en la moderación.
Via | Europa Press
Foto | arker
Más información | Estudio Avena
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