Dos años han estado discutiendo los ministros de Sanidad y Consumo de la UE, pero por fin han aprobado una norma que obligará a la industria alimentaria a dejar bien claro y de forma legible, en el etiquetado de alimentos y bebidas envasados, su contenido exacto de azúcares, sal y grasas.
La norma no entrará totalmente en vigor hasta el año 2013 y nace con la intención de ayudar a luchar contra la obesidad, dando información precisa a los usuarios. Este reglamento también marca la obligatoriedad de indicar el origen de la carne distinta del vacuno, así como el contenido de sustancias alérgenas, cacahuetes, leche, mostaza o pescado.
Al margen de valoraciones económicas, del impacto en la producción, en el mercado o si la norma se ha quedado corta o no, personalmente me parece una buena medida. Nos puede ayudar a llevar un control más real sobre nuestra dieta y nuestra alimentación diaria. Incluso es posible que no volvamos a arrugar el entrecejo, cuando sentados en la mesa, con tenedor en ristre, comencemos a comer unos canelones o una lasaña precocinada, por ejemplo, y nos preguntemos ¿que llevará esto dentro?
Foto | Daniel Dionne Vía | El mundo En Directo al Paladar | Etiquetas de CO2 en los alimentos En Directo al Paladar | Bodegas Valdelana anuncia las primeras etiquetas de vinos en braille