Como ya os hemos hablado en otras ocasiones en Directo al Paladar, la cantidad de sal en el pan se ha ido reduciendo progresivamente como parte de la estrategia NAOS para la lucha contra la obesidad. Después de cuatro años de reducción constante del porcentaje de sal en los ingredientes del pan, podemos afirmar que nuestro pan es el menos salado de Europa.
Según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), hemos alcanzado una media de 16,3 gramos por cada kilo; casi dos gramos menos del objetivo marcado. De esta forma se siguen las recomendaciones de la OMS para reducir las causas de hipertensión arterial.
Es curioso, pero el pan es el alimento que más sodio aporta a nuestra dieta (casi un 20%), seguido por los embutidos como el chorizo o el jamón. Para reducir esta ingesta y para luchar contra la hipertensión, desde el 2005 se está reduciendo paulatinamente la cantidad de sal en el pan.
Con el objetivo de reducir esa ingesta de sodio y acercarla a los menos de dos gramos diarios (equivalente a cinco gramos diarios de sal) recomendados por la OMS para luchar contra la hipertensión, Sanidad y los fabricantes de pan decidieron reducir cada año desde 2005 el porcentaje de sal que se añade al pan en su elaboración.
¿Pero vosotros habéis notado el pan soso? No, ¿verdad? Pues se debe a que el trigo se humedece más y su periodo de fermentación se alarga; por lo que está igual de rico.
En otros países europeos también se han desarrollado planes para rebajar la cantidad de sal en el pan. Por ejemplo, en Reino Unido se ha conseguido alcanzar los 16/18 gramos de sal por kilo; en Alemania 20 gramos o en Francia 19.
Foto | kozumel
Vía| El Mundo
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