Científicos de la Universidad de Glasgow han desarrollado un innovador método para tratar la obesidad infantil. Según el estudio publicado en la prestigiosa revista Pediatrics, el equipo dirigido por el profesor John Reilly ha conseguido un gran éxito en este campo actuando en el campo de la modificación de conductas insanas de las familias, preocupándose más en cambiar los hábitos de vida de estos niños que de un estricto control del peso como factor primordial y aislado. El semáforo de los alimentos es una de sus claves.
Este equipo ha demostrado que su sistema de modificación de hábitos, reduciendo las horas de sedentarismo a un máximo de dos horas diarias de tv y ordenador, aumentando la actividad física, es mucho mejor y más efectivo a largo plazo que otros programas llevados a cabo para el control de la obesidad infantil de la sanidad pública. Para cambiar estos hábitos se han usado técnicas de modificación de conducta, motivando a las familias a cambiar su estilo de vida.
El éxito de estos programas está en el hecho de que son muy bien aceptados por los niños y sus familias. Los cambios de hábitos de vida se hacen a nivel familiar, de forma que los niños no “luchan” en solitario por resolver su problema. No hay soluciones mágicas, pero medidas tan sencillas y creativas como poner etiquetados de colores a los alimentos, la técnica del semáforo, ayudan a corregir de forma eficaz malos hábitos alimentarios. Así, por ejemplo, la etiqueta roja la llevan los alimentos que solo deben tomarse en ocasiones excepcionales, ya que son los más calóricos y perjudiciales. Otros, con etiqueta amarilla se pueden consumir de forma ocasional, y los de etiqueta verde se pueden consumir sin restricciones.
Una buena noticia para un país, Escocia, con un alto porcentaje de niños obesos, en torno a 10% cuando llegan a la escuela primaria, y un 20% cuando la dejan. Puede que este sistema sea extrapolable a otros países.
Vía | Universidad de Glasgow. En Directo al Paladar | Todo sobre obesidad. Foto | Alberto Jiménez.